Corría el segundo semestre de 2022. En aquellas polémicas videoconferencias de prensa en dos ocasiones el gobernador Miguel Barbosa Huerta externó: “éntrele doctor”.
Con esas palabras el mandatario buscaba animar al Secretario de Salud, José Antonio Martínez García, a participar en la carrera por la sucesión en Casa Aguayo.
El médico siempre mostró una actitud distante, reticente a la invitación.
Realmente, Martínez García nunca tuvo la intención de buscar la candidatura de Morena.
En esas fechas era evidente la predilección de Barbosa por la Secretaria de Economía, Olivia Salomón Vivaldo.
Por algunas semanas se citó el nombre del Melitón Lozano Pérez, entonces responsable de Educación y quien rápidamente cayó del pedestal.
Salomón Vivaldo se mantenía como la figura predilecta del mandatario, mientras otro Salomón tejía silenciosa, calladamente su tramado para llegar a la candidatura.
El Director General de Gobierno, Julio Huerta Gómez era la mano ejecutora de las indicaciones, pero el parentesco le impedía aspirar a la silla de Casa Aguayo.
Al deceso de Barbosa Huerta todo se precipitó.
Todo.
En las siguientes horas, la maestra Rosario Orozco viuda de Barbosa pudo influir en la unción del mandatario sustituto.
Y también en ese momento, Julio Huerta vio que el único impedimento para contender había fallecido.
Tan solo hace unas semanas, apenas el domingo 2 de julio la compañera de vida de Barbosa se presentó en un acto masivo de Huerta Gómez. Ahí mostró su abierto y total apoyo.
Es un operador político nato”, aseguró.
Pero de entonces a la fecha algo se rompió.
Algo sucedió que toda esa cercanía se fracturó.
Entre la viuda y el primo hoy existe un barranco de distancia.
Trascendidos aseguran que frente a aquella severa columna de Alejandro Mondragón y que causó una evidente ámpula en el barbosismo, la maestra Rosario Orozco esperaba una reacción solidaria por parte de Julio Huerta. Pero que esa expresión nunca se dio.
Esa sería la gota que derramó el vaso y precipitó el lanzamiento de Martínez García como el suspirante de ese grupo.
¿Cuáles son las posibilidades que tiene el médico?
Sin duda son nimias.
El galeno no aparece en el juego de la sucesión poblana y subirlo a la carrera al cuarto para la una no lo favorece.
Empero se debe reconocer un factor medular, toral en este reacomodo.
La maestra Rosario Orozco viuda de Barbosa es de las pocas figuras locales que tienen los teléfonos de Palacio Nacional. Aún hoy la señora sigue conservando la consideración y el aprecio del presidente de la República. Basta que solicite una audiencia para exponer su postura.
¿Aún con esa influencia le alcanza al médico Martínez?
Es poco probable.
Sin embargo, si lo puede colocar como abanderado al Senado. Esa sería la última posición que López Obrador entregaría al barbosismo antes de partir a su rancho.
Pero en ese juego de reacomodos otras figuras quedarían fuera del tablero.
Estaremos atentos.
Como siempre quedo a sus órdenes.
@CupulaPuebla
cupula99@yahoo.com
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