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Javier Arellano

Fernando Manzanilla y el sistema de las franquicias

Una de las áreas financieras de mayor crecimiento y expansión son las franquicias. En el ámbito global y nacional algunas firmas son sinónimo de éxito. Quien pueda adquirir una franquicia tendrá en las manos una firma con mucha proyección.

El asunto sobre finanzas viene a cuenta por la errada trayectoria política de Fernando Manzanilla Prieto. Otrora príncipe del Grupo Finas Transas… eh, perdón… del Grupo Finanzas; cuando prácticamente era el Director Técnico de aquella burbuja y todas las decisiones se tomaban en su oficina.

Luego, en la apoteosis del morenovallismo, se dio una fractura que se consideraba impensable, inconcebible. Los cuñados rompieron su alianza.

Y ahí comenzó la decadencia de Fernando Manzanilla.

Ofreció sus servicios, no de aliado, sino de informante y delator al barbosismo, donde en una primera instancia fue bien recibido. Pero se debe entender que el agua y el aceite nunca se van a mezclar.

Fernando Manzanilla era recibido y escuchado, pero en realidad nunca tuvo la confianza del huésped de Casa Aguayo. No era un personaje como Eric Cotoñeto con quien existe una añeja relación de lealtad y aprecio.

Fernando era tratado con respeto, pero a la distancia, hasta que vieron su doble juego. Su intención de seguir jugando en otros tableros, principalmente el azul para ejercer una influencia determinante.

Desde hace años esos dobles juegos no son del agrado de quien toma las decisiones.

Con Barbosa, eres morado o eres azul, pero no puedes tratar de conducir el balón en dos canchas.

Finalmente se dio un rompimiento que bien se podría considerar como anunciado. Fernando Manzanilla salió del gabinete barbosista y comenzó a deambular por los oscuros callejones del desconcierto y el desatino.

Una persona con sus credenciales académicas pudo buscar a Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard o cualquier otra figura de la cúpula nacional. Pero Fernando Manzanilla tiene una mente pequeña. Pese a sus títulos y la fortuna de su familia, Fernando piensa como político provinciano. Y a su edad ya es poco probable que llegue a las altas esferas.

Quiso utilizar su influencia sobre Genoveva Huerta para tratar de volver al seno albiazul, pero el rechazo fue generalizado.

Se refugió en el Partido Encuentro Social mismo que cayó a un precipicio y luego se convirtió en Encuentro Solidario que se fue a un barranco.

Quiso recorrer municipios del interior donde en alguna ocasión fue ásperamente abucheado e insultado.

Ahora pretende colocar a sus allegados en cargos federales. Pero siempre en el tenor prepotente y hostil, tan propio del morenovallismo.

Y ya se expresaron voces que reprueban sus intenciones de inmiscuirse en la esfera poblana.

De aquel poderoso Subsecretario de Finanzas al Fernando de hoy en día, ya nada queda. Hoy es una pálida sombra que va dando tumbos en medio de decisiones equivocadas e insistiendo en rutas fallidas.

Ver a Fernando Manzanilla tratando de hacer política es como ver a Alfredo Adame peleando.

Fernando debe considerar seriamente cerrar, concluir su ciclo en la política; él fue una figura al lado de su cuñado, pero sin aquel ha ido de más a menos, en caída libre, como si fuera en un tobogán.

Por eso la recomendación que hacíamos al principio.

Manzanilla se debe retirar de un mundo al que no pertenece y en el que no se sabe mover.

Tantos fracasos, desvaríos y descalabros así lo ratifican.

Ha llegado el momento de que busque otra actividad a la que destinar su existencia. Tal vez una franquicia en el sector privado; una cadena de negocios en los que pueda desplegar su talento para las finanzas.

Actualmente hay franquicias de cafeterías, pastelerías o taquerías. En ese terreno puede tener un porvenir.

No faltará quien le diga: “Fernando, tu que fuiste a Harvard prepárate unas gringas con doble queso”. 

Porque en el terreno de la política ya se sabe que no tiene sazón.

Dulcería poblana.

Con Pedro Tepole continúa la tragedia de Tehuacán.

La noche del lunes 4 de abril un elemento de la Policía Municipal de Tehuacán, Manuel H. A. conocido afectuosamente entre sus compañeros como “El Panzitas” salió de turno laboral y se dirigía a su domicilio. Ya se había cambiado y en su vehículo, un modesto Caribe modelo 1989, llevaba el uniforme en el asiento trasero.

En una de las principales avenidas de la ciudad se le cerraron dos vehículos con sujetos armados que lo bajaron violentamente. 

Desde la noche del lunes 4 nada se sabe del oficial.

La tarde del martes 5, PERIÓDICO CENTRAL publicó la primera versión de los hechos y ante la presión social, el Ayuntamiento de Tepole tuvo que emitir un comunicado reconociendo lo sucedido.

El “levantón” a un policía municipal viene a ratificar la fotografía que hemos presentado.

Con Pedro Tepole no solo continúa, sino se agudiza la tragedia de Tehuacán.   

El hampa ya se apoderó de los mercados La Purísima y 16 de Marzo; decenas de carteristas operan en esas zonas.

Incluso hay un fenómeno que no se había visto, la presencia de niños delincuentes de 11 o 12 años de edad que hacen la función de halconcitos o carteristas. Entre tres infantes rodean a un adulto y hábilmente le sustraen el efectivo de los bolsillos.

Esas bandas son dirigidas por una mujer apodada “La Lola” que es la tercera generación de una familia de carteristas.

Ladrones operan impunemente en pleno centro de Tehuacán. Se roban las tapas de las alcantarillas para venderlas como fierro viejo y por varias calles se observan decenas de cloacas abiertas.

El robo de vehículos está desbordado. Diariamente se roban dos unidades, ya sean automóviles, camionetas o motocicletas.

Pero el tema más grave y delicado es la expansión de los narcomenudistas que ahora están vendiendo “cristal” en las maquiladoras que son el principal generador de empleos en Tehuacán.

Es imposible saber cuántas obreras están adquiriendo el enervante para sobrellevar las pesadas jornadas laborales. Pero en unos cuantos meses esas mujeres caerán en graves cuadros de adicción arrastrando a sus familias a un fango.

Los propietarios de las maquiladoras nada dicen; a ellos lo único que les importa es que su producción siga aumentando.

Y ahora el “levantón” a un elemento de la Policía Municipal muestra el grado de descomposición e inseguridad al que ha llegado Tehuacán.

Hay que decirlo, Pedro Tepole resultó peor que el mismo Felipe Patjane.

Como siempre quedo a sus órdenes.

Cúpula

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Javier Arellano

Javier Arellano es uno de los periodistas más reconocidos y experimentados en Tehuacán; en su columna Cúpula, detalla y desnuda a la elite tehuacanera, los líderes de la región y también analiza...