Dice un sabio refrán que “el agua toma su nivel”.
Paulatinamente la efervescencia se diluye y da paso al verdadero peso de las personas y sobre todo de las circunstancias.
En la carrera por la sucesión en 2024 las aguas se estabilizan. Ya pasaron los meses de hervor y apasionamiento.
El senador Alejandro Armenta planeaba crear un bloque contra Ignacio Mier Velazco. Esa era la intención cuando le tendió la mano a Julio Huerta Gómez.
Pero el hombre de San Sebastián Zinacantepec no compró un pleito que no es suyo. Se hizo a un lado del “pacto anti Nacho” y sigue su pelea por sí solo.
Sin embargo, hay algunos puntos que siguen al rojo vivo.
En estos días también quedó constancia de la ruptura entre la ex alcaldesa Claudia Rivera Vivanco y Armenta.
Esa fractura no ha sido debidamente abordada. Entre ambos protagonistas había una especial, una singular hermandad.
Luego de la caída del helicóptero Agusta, el legislador Armenta se lanzó con todo en busca de la candidatura extraordinaria.
De inicio y de arranque fue una decisión equivocada, precipitada. Alejandro tiene la edad y las condiciones para buscar una candidatura constitucional que le permita un periodo de seis años.
Pero el oriundo de Acatzingo siempre se ha conducido con esos desplantes y arrebatos emocionales. Mismos que le han causado más perjuicios que beneficios.
Con esa conducta exaltada Alejandro siempre ha perdido puntos.
Simplemente no era su momento y solamente se exhibió ante el presidente López Obrador como un agente conflictivo, problemático.
En esas semanas quedó constancia de la unión que tenía con toda la familia Rivera Vivanco. Ahí estaba Eloísa lanzando porras y gritos en favor de su preferido para la elección extraordinaria.
Luego se dio una resolución que le fue adversa y el rencor quedó ahí incubado.
En los pasillos del Charlie Hall se aseguraba que fue Armenta quien instigó el rompimiento entre la alcaldesa y el gobernador Barbosa.
Fue él quien le dijo: “No te dejes manejar… tu eres la presidenta municipal… Barbosa no tiene por qué venir a darte línea…”
Hoy quieren culpar a Gabriel Biestro de la ruptura entre Claudia Rivera y Miguel Barbosa. Nada más alejado de la realidad. El gran urdidor fue Armenta.
En el proceso electoral de 2021 el “Consiglieri” apoyó decididamente la intención de Claudia de reelegirse. Envió operadores y asesores que apuntalaron su campaña, pero las circunstancias les fueron desfavorables.
Luego de la derrota que arrastró a los candidatos de Morena en toda la zona metropolitana de Puebla (ZMP), Alejandro coincidió en una reunión con la entonces Secretaría de Gobernación Olga Sánchez Cordero.
En esa ocasión se quejó amargamente de la derrota de Claudia Rivera y acusó a “figuras de Morena que operaron en contra”; aunque nunca dio nombres.
Se suponía que había un estrecho, un fuerte lazo entre Claudia y Alejandro, pero algo se rompió en semanas recientes.
Rivera Vivanco así lo demostró cuando publicó un tuit en el que reprochó la falta del apoyo del legislador. La respuesta fue un silencio total.
Hoy queda evidencia de una dramática fractura donde hace meses había una hermandad.
En horas recientes circula un video que es un ataque visceral y descarnado en contra de Adán Morales tw @adangio, quien dirige la página ‘moviendo ideas’.
En el video se presenta una fotografía de sus hijas menores de edad y se vierten toda clase de enardecidas acusaciones.
El documento anónimo afirma que Ignacio Mier tiene injerencia en las acciones de Adán Morales.
Sin embargo, dentro de algunos círculos periodísticos se asegura que la delación publicada por Morales -el video del Audi R8-, también pudo salir de la burbuja de Claudia Rivera Vivanco como una respuesta al distanciamiento del Senador. Fue como el cobro a una traición.
Como quiera que sea un video anónimo que involucra a menores de edad es una aberración condenable. Sus autores demostraron que son capaces de todo con tal de consumar una venganza.
Que pena.
Como siempre quedo a sus órdenes.
Tw @CupulaPuebla
cupula99@yahoo.com
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