Algunas áreas de la Secretaría de Seguridad Pública de Puebla se mantienen en una camarilla familiar y en cortito para algunos funcionarios que hacen gala de su nepotismo.

Todo esto ante las narices del secretario de Seguridad Pública, Daniel Iván Cruz Luna, quien se esmera por quedar bien con el gobernador de Puebla, Miguel Barbosa Huerta.

Y está bien, ¿no? Pues al fin es su jefe.

Pero el único problema es que sus subordinados dicen que hace honor a su segundo apellido, y se la pasa en la luna.

No está vigilando lo que pasa dentro de la dependencia que dirige.

Yo creo que es el nervio y el pánico escénico (porque ensaya mucho sus participaciones en eventos públicos donde sabe que verá al gobernador) le están ganando.

Pero si llega a oídos del gobernador el tiradero que hay en la Secretaría de Seguridad, alguien va a salir regañado.

Para muestra la salida de dos personajes que hicieron de las suyas.

El primero es Jorge Villalobos, jefe de Investigación de la SSP quien andaba muy patrón. Litigaba y mantenía trabajando su despacho a la par que era funcionario público.

A Villalobos se le acabó la buena suerte cuando se descubrió la desaparición de un lote de 49 pistolas pertenecientes a su área.

¿Y dónde quedaron las pistolas? Quién sabe. Pero el funcionario dejó su cargo y quién sabe si lo haya abandonado bajo una investigación.

Otro que acaba de salir es Rafael Sánchez Hernández, el subsecretario del Estado Mayor de Seguridad Pública.

Abandonó su changarro la semana pasada. Dicen, por fuga de información. ¿De quién habrá sido el soplón? Quién sabe… Pero casual Rafael Sánchez salió de su puesto y las cosas simplemente no mejoraron.

¿Será porque todo se quedó entre su familia?

Porque ahí donde lo ve pudo extender sus tentáculos en distintas áreas.

Así es porque él se fue pero dejó a su hermana, Elisa Sánchez Hernández, dentro de la Unidad Mixta de Reacción (UMIR).

El nepotismo continúa porque también en la UMIR se mantiene trabajando Luis Fernando Escalante Sánchez, sobrino político del ex subsecretario Rafael Sánchez Hernández y sobrino directo de Luis Ignacio Sánchez Barragán.

Bueno y qué podemos decir de Sánchez Barragán, otro miembro de esta bonita familia.

Luis Ignacio Sánchez Barragán, actual Coordinador del Centro de Control, Cómputo y Comando C5, fue esposo de Elisa Sánchez Hernández, la hermana del recién despedido Rafael Sánchez Hernández.

Y, para colmo, Luis Ignacio Sánchez Barragán está detrás de la última operación de andar corriendo gente de todas las áreas más sensibles como Plataforma México y Monitoreo, donde debe haber funcionarios bien capacitados.

Bueno pues Luis Ignacio Sánchez Barragán lo que ha hecho es una cacería de brujas entre los funcionarios y a todos les ha buscado cualquier pretexto para correrlos.

Así ya van más de 50 en lo que va de este año 2022.

Este señor ha corrido de la nada a tanta gente quizá para curarse sus traumas porque en realidad un Don Nadie que nomás llegó palomeado por su ex cuñado.

Claro, quizá lo suyo son los negocios. Porque ahora se dedica a la venta de esas plazas que se han quedado vacantes.

¿Qué hará Daniel Iván Cruz Luna? ¿Permitirá que estas áreas de Seguridad Pública sigan siendo negocios de unos y el orgullo del nepotismo de otros?

¿Seguirá todo quedando en familia?

Quizá el secretario de Seguridad Pública debería de dejar de pensar en la dependencia como un escalón más a su siguiente puesto.

Porque arde en deseos de ser magistrado del Poder Judicial.

Pero esa es otra historia y merece ser contada en otra ocasión.