En algunas columnas pasadas escribí sobre las malas que se avecinan para el 2023, incremento inflacionario, altos precios de los energéticos y problemas en las cadenas de suministro siguen impactando fuertemente en la economía.
Me llama la atención lo que está pasando en particular con Unifin y con Crédito Real, dos empresas que podrían entrar en la clasificación FinTech, que a voces abiertas se encuentran en un proceso de quiebra.
Unifin es una sociedad anónima bursátil que cotiza en bolsa, sus orígenes datan en productos especializados en arrendamiento financiero, pero evolucionó y creo a Uniclick que se enfoca a otorgar préstamos de liquidez o capital de trabajo a PyMES.
Unifin en este momento se encuentra con una deuda de 5,250 millones de pesos, y, en el mes de agosto, se ha declarado insolvencia de pagos a sus acreedores, dos de ellos dentro de la Banca de Desarrollo como con NAFIN y Bancomext.
Tenemos en fila que antecede a Crédito Real, que de igual forma se declaró en “Default” y ya se encuentra en proceso de disolución de la empresa. Esta empresa debe alrededor de 2,500 millones de dólares a bancos como NAFIN, BBVA y Santander.
Un tercer caso, y el más grave, es Alpha Credit y Alpha Holding que presenta un impago de deuda que asciende a más de 15 mil millones de dólares. La información financiera de Alpha no es pública y mucho de su recurso proviene de inversionistas privados.
Definitivamente la pandemia no le cayó nada bien a los Intermediarios Financieros No Bancarios y con el impago de estas tres financieras, la situación empieza a tener providencias negativas para el siguiente año.
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