El 17 de noviembre, el presidente, Andrés Manuel López Obrador firmó un nuevo decreto presidencial para impedir que cualquier nuevo negocio instale máquinas tragamonedas. Se espera que la nueva normativa cambie el panorama del juego de casino en México.
El decreto revoca la legalidad del uso de máquinas para extraer números y símbolos, a excepción del sorteo que celebra la Lotería Nacional.
En consecuencia, sólo los casinos con licencia pueden explotar las máquinas tragamonedas hasta el final de sus licencias. Pero no podrán prorrogarlas una vez expiradas.
El nuevo decreto también reduce la duración de las licencias de los casinos a 15 años desde su duración inicial de 25 años. Es válida para otras operaciones de apuestas, incluido casino sport y todos los establecimientos relacionados.
El decreto modificó la normativa inicial que autorizaba el uso de máquinas tragamonedas en 2016. El decreto pretende reducir la posibilidad de que la delincuencia organizada se introduzca a través del juego en dicha máquina. Además, previene posibles efectos nocivos en la mente o la adicción a los niños pequeños y las personas mayores.
El cambio, en la regulación ganó muchos argumentos. Los ciudadanos creen que el gobierno no ha hecho ningún cambio en las reglas del juego desde 1948.
La regulación actual también afectará a las finanzas nacionales.
Posible impacto financiero
La nueva normativa repercutirá en los impuestos locales hasta un 90 por ciento, que dependen de los juegos y sorteos, ya que los permisionarios y los casinos están obligados a pagar impuestos por explotar sus negocios.
Esta medida reduce los impuestos y provoca el cierre masivo de salas de juego y el desempleo en las industrias de casinos y en el mercado.
Según la agencia de noticias El Sol de México, la industria del juego genera 50 mil empleos directos y 120 mil indirectos. La prohibición de las máquinas tragamonedas reducirá el número de participantes en los casinos en línea y en los casinos terrestres, con lo que se perderán muchas fuentes de trabajo.
Las máquinas tragamonedas o también conocidas como máquinas tragaperras, generan 15 mil millones de pesos (874.000 millones de dólares) al año. Según El Universal, también generan 4 mil 700 millones de pesos (273.000 millones de dólares) de ingresos para el erario público.
Muchas industrias locales de casinos también se vieron afectadas, como Caliente, Play City y Codere, que son grandes industrias de casinos.
El cambio de las leyes del juego en México
Después de la Segunda Guerra Mundial, en 1948 se prohibieron las actividades de juego en México. Muchos mexicanos encontraron otra forma de hacer apuestas a través de locales de juego no oficiales.
Las apuestas deportivas eran famosas entonces y se hicieron más populares desde que se legalizó el juego en 2004. El gobierno legalizó las apuestas deportivas en línea y los casinos terrestres para los residentes mayores de 18 años.
Las apuestas deportivas tradicionales han evolucionado gracias a la tecnología avanzada y al juego en línea. Muchos operadores ponen sus plataformas a disposición de los mexicanos. Al mismo tiempo, no existen regulaciones claras sobre las apuestas en línea para lanzar sus productos en México.
El gobierno luchó para evitar el crecimiento de las apuestas en línea. Desde la explosión de Internet y la existencia de medios de pago modernos, no pudieron impedir el acceso desde sitios web extranjeros y las transacciones en línea relacionadas con el juego.
Como resultado, en 2015 se reformó la ley del juego para regular los casinos en línea. Los jugadores mexicanos solo podían acceder al juego online a través de servidores mexicanos.
En consecuencia, los casinos físicos promovieron productos que satisfacen a los jugadores, como el blackjack, el bacará, la ruleta y las apuestas deportivas.
Todos los juegos de casino en México están regulados por la Secretaría de Gobernación (Segob) y la Ley Federal de Juegos y Sorteos.
MANTENTE AL DÍA CON TODO LO ÚLTIMO EN NUESTRO CANAL DE TELEGRAM
Te puede interesar:
dando clic en el periódico