Apoya a don Eduardo: vende portacredenciales en la BUAP y será operado
Desde 2020 la pandemia de Covid-19 lo afectó económicamente, llevaba días sin vender ningún producto
¡Apoyemos! A don Eduardo Barbosa comprándole portacredenciales o donándole dinero, él trabaja fuera de la BUAP y será operado de una rodilla, que tendrá un costo de 35 mil pesos.
Don Eduardo es conocido desde hace años por vender portacredenciales a las afueras de Ciudad Universitaria de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), pero desde que llegó la pandemia sus ingresos se vieron afectados.
Si deseas apoyarlo, puedes localizarlo de lunes a jueves, afuera de la puerta 13 de CU de 9 a 13 horas.
Tras una lesión en el tendón, don Eduardo tiene que utilizar un bastón para evitar caídas, ya que se le inflama mucho.
Historia de Eduardo
Desde hace 12 años don Eduardo viaja desde Ocotlán, Tlaxcala, a Puebla para vender portracredenciales personalizados a 35 pesos afuera de la Facultad de Derecho de la BUAP.
Durante 25 años el señor trabajó en la BUAP, tras terminarse su contrato decidió vender las portacredenciales que elabora junto a su esposa.
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A sus 87 años continúa trabajando para poder llevar dinero a su familia.
Durante la década de los 80’s estudió en la preparatoria de la BUAP, Alfonso Calderón Moreno.
En ese año obtuvo el permiso para serigrafiar el logotipo de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, en los portacredenciales que vende.
Solidaridad de poblanos
En 2020 y en plena contingencia sanitaria por Covid-19 su historia se viralizó, gracias a unos universitarios quienes solicitaron apoyo para la persona de la tercera edad.
Los jóvenes aseguraron que el señor Eduardo les partía el corazón, pues en plena contingencia continuaba vendiendo sus productos.
Por lo que solicitaron apoyarlo, donando en especie o monetariamente.
Banda, no sean gachos, el señor de las porta credenciales sigue en CU. Hoy 21 de abril sigue esperando que abran, se parte el corazón”, se lee en la publicación.
Tras el llamado, la solidaridad de los poblanos no se hizo esperar, estudiantes y familias acudieron a entregarle despensa.
La contingencia lo afectó económicamente, pues el hombre llevaba varios días sin vender ningún producto.
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