Flor Santos, la joven de 27 años de edad que el pasado miércoles 1 de septiembre fue baleada al interior de su estética ubicada en el municipio de Chietla, falleció horas después de ser hospitalizada por complicaciones en su estado de salud.
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Fue durante la tarde del jueves cuando familiares y amigos confirmaron el fallecimiento de Florecita, como le decían de cariño, quien dejó en la orfandad a una pequeña de tan solo 4 años de edad.
“Qué triste y difícil de creer que ya no estás aquí, Florecita. Siento un gran nudo en la garganta de saber que no te volveré a ver. Dejas un gran vacío en los corazones de las personas que te queremos tanto. ¡Ay, Flor!, ¿por qué te fuiste tan rápido? Siempre te recordaré con esa gran sonrisa, ese gran carisma, esas pláticas que nos echábamos y sobre todo por la gran mamá que siempre fuiste. Cris siempre estará muy orgullosa por la gran mamá que tuvo. Cuídala desde el cielo, mi flor. Fuiste, eres y serás una gran guerrera”.
La mañana de ese miércoles Flor estaba trabajando en su estética “Casa de la belleza”, ubicada en la junta auxiliar de Atencingo cuando dos sujetos a bordo de una motocicleta ingresaron al lugar y le dispararon en dos ocasiones en las piernas.
Los responsables se dieron a la fuga sin sustraer dinero o pertenencias de valor. Además, Flor estaba acompañada de trabajadoras y clientas, pero se dirigieron directamente a ella.
Este fue el segundo ataque contra Flor. Hace poco más de un mes la joven también fue baleada.
El 28 de agosto, días antes de ser agredida, Flor compartió fotografías del cumpleaños de su hija y escribió el siguiente mensaje: “mientras vea la sonrisa de mi hija, la vida sigue siendo hermosa”.
También utilizaba sus redes sociales para promocionar su trabajo y compartir sus logros profesionales. Incluso, hace unas semanas publicó que solicitaba estilista profesional.
Su homicidio ha consternado a toda la población de Atencingo, quienes han exigido justicia para Flor y un alto a la ola de violencia que se vive en el municipio.
“Siempre vivirás en nuestros corazones. Te queremos mucho. Tenías muchas metas por cumplir”.
“Hoy y siempre te recordaremos como como lo que eras: una hija que ponía orgullosos a sus padres, una hermana que siempre estaba ahí y una amiga que siempre alegraba con su carisma. También te recordaremos como esa madre que no conocía el no si se trataba de tu hija, que luchaba cada día por ella y su bienestar y que hoy cada vez que miremos sus ojos será como verte en ellos. Un abrazo hasta el cielo”.