Desde 2016 que el problema del robo de combustible cobró relevancia por la persecución que se emprendió en contra de bandas dedicadas a este delito, sumado al frecuente hallazgo de tomas clandestinas, Puebla se ha mantenido como epicentro del huachicol, ocupando los primeros lugares a nivel nacional con la mayor cantidad de perforaciones a los ductos.
La fallida estrategia del Gobierno Federal, encargado de perseguir este delito, ha derivado en que las bandas dedicadas al robo de combustible se expandieran a distintas regiones, pues luego de ocupar el denominado Triángulo Rojo y la región de San Martín Texmelucan, ahora tienen presencia en la capital del estado.
La madrugada del 31 de octubre se registró una explosión en una toma clandestina de Gas LP en Puebla capital, donde el huachicol se veía como algo lejano, pues el municipio había registrado apenas cuatro perforaciones al ducto atendidas por Petróleos Mexicanos (Pemex) y un huachitúnel que supuestamente fue clausurado en el 2020.
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De 2016 a 2020, las tomas clandestinas de combustible en el estado de Puebla se han mantenido arriba de las mil por año, y sólo en el primer semestre de 2021 la entidad ya registra mil 81, estas cifras de Pemex exhiben que el problema no se ha resuelto.
Aunque en enero de 2019 el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador anunció que algunos ductos se cerrarían como parte de la estrategia para evitar el robo de combustible, quienes se dedicaban a la extracción de este líquido comenzaron a migrar al de gas LP, ya que también en 2019 estalló este problema y la entidad registró 916 tomas clandestinas y esta cifra se ha mantenido al alza.
Con las mil 81 tomas clandestinas de combustible durante el primer semestre de 2021, Puebla se encuentra en segundo lugar nacional con más perforaciones; y con las 846 de gas LP que reporta Pemex durante los primeros seis meses del año, la entidad se encuentra en el primer lugar nacional con mayor incidencia.
El robo de combustible que no ha podido controlarse
Desde el final de la administración del gobernador panista, Rafael Moreno Valle comenzó a hacerse evidente el problema del robo de combustible en Puebla. En 2015, se registraron 785 tomas clandestinas de combustible y para 2016 un total de mil 533; en esos años las perforaciones a ductos de gas LP eran muchas menos, pues en 2015 se registraron 46 y en 2016 un total de 53.
En 2017, desde los primeros meses de la administración de Antonio Gali Fayad, explotó el problema del robo de combustible y el Triángulo Rojo se convirtió en la zona más vigilada para desarticular bandas dedicadas a este delito, se inició una investigación a los presidentes municipales de la zona y a gasolineras que presuntamente vendían huachicol.
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Ese año se registraron mil 443 tomas clandestinas, según datos de Pemex y aunque la estrategia del Gobierno del Estado y del Gobierno Federal se mantuvo, para el 2018 se registraron 2 mil 72 tomas clandestinas, lo que evidenció el fracaso de las acciones.
Mientras los gobiernos emprendieron estrategias para reducir el robo de combustible en la entidad, también se mantenían en aumento las tomas clandestinas de gas LP; se registraron 61 en 2017 y 64 en 2018, cuando el propio Antonio Gali reconoció que este delito iba en aumento.
Para 2019, con Andrés Manuel López Obrador al frente del Gobierno Federal y dos gobernadores a lo largo del año, Guillermo Pacheco Pulido como interino, y Miguel Barbosa Huerta para cumplir con el periodo constitucional, se redujo ligeramente la cantidad de tomas clandestinas de combustible a mil 846 y se disparó el robo de gas LP, pues ese año se hallaron 916 perforaciones a ductos.
También en 2019 el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que se cerrarían los principales ductos de Pemex, como parte de la estrategia para reducir el robo de combustible, pero ni ese año ni el siguiente se redujeron de forma considerable las tomas clandestinas.
Durante 2020 se registró un aumento en las tomas clandestinas: las de combustible sumaron mil 903, mientras que en las de gas LP se llegó a una cifra récord con un total de mil 663 perforaciones al ducto.
Sólo en el primer semestre de 2021, la entidad ya suma mil 81 tomas clandestinas de combustible y 846 de gas LP, por lo que las cifras del año previo podrían superarse y alcanzar un nuevo máximo.
Hay que mencionar que a partir de 2019 se notó una disminución en la cantidad de tomas clandestinas ubicadas en el Triángulo Rojo y la zona metropolitana de Puebla se convirtió en el nuevo sitio de los huachicoleros, ya que en la zona se incrementó el número de perforaciones.
