Los empleos perdidos se mudaron, un millón de personas dejaron las empresas y se fueron al campo

"La amistad lo es todo, la amistad vale más que el talento, vale más que el gobierno, la amistad vale casi tanto como la familia", by Michael Corleone, "El Padrino"

El 2020 arrancó, caminó y avanzó, más a fuerza que con ánimo, más con sorna que con seriedad, pero finalmente llegó diciembre y con ello el final de un año que ha dejado más sombras que áureas.

Se ha hablado mucho sobre el desastre económico que trajo esta COVID-19, tanto en desaparición de empresas como en desaparición de empleos.

Pero, ¿qué sectores industriales son los más afectados?, ¿en dónde se han perdido más empleos?

Según datos del INEGI, el gobierno actual recibió, en 2018, una Población Económicamente Activa (PEA) de 54.6 millones de mexicanos con una Tasa de Desempleo Abierto de 3.3%; es decir, había 1.8 millones de desempleados.

Este comportamiento se mantuvo todo el 2019, pero para mayo del 2020 la PEA subió a 57.6 millones de personas, con una TDA que saltó a 4.7%, arrastrando a más de 2.7 millones de desempleados, casi un millón más que en el mismo periodo del 2019.

El cierre de más de un millón de empresas por la COVID-19 ha ocasionado que se vayan perdiendo exponencialmente empleos formales.

Pero esto no significa que estas personas dejaron de generar ingreso en su totalidad, muchos de ellos al salir de una ocupación formal tuvieron que mudar a actividades informales o de subocupación. En un comparativo hecho por el INEGI, la tasa de subocupación subió del 7% de la PEA, registrada en el 2019, a 8.7% identificado para el mismo periodo del 2020.

¡La gente se tenía que poner a trabajar! En este mismo sentido, las actividades que se vieron más afectadas al perder su empleo formal, fueron las que se encontraban dentro de las actividades secundarias, tales como empleados de fábricas, maquiladoras o corporativos; el comportamiento de estas personas fue mudarse a realizar actividades primarias tales como agricultura, ganadería y pesca, o actividades de subocupación como el comercio informal.

Si bien todo esto efectivamente traerá un golpe al bolsillo de la población, la tendencia del PIB per cápita no era muy alentador en el sexenio anterior. Enrique Peña Nieto arrancó con $9,700.00 USD per cápita y terminó con $10,300.00 USD; en el 2018 este indicador subió a $10,400.00 USD, en el 2019 bajo a $10,300.00 USD y el pronóstico para este 2020 contempla una disminución del 18%. ¡Terrible!

En referencia a mi columna pasada amigos, emprendan y aprendan porque la solución está en crear empresas que se dediquen al campo; este sector primario es el que está sacando la casta y es de donde se están obteniendo más ingresos para la economía, con un continuo superávit en comercio exterior.

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