Me declaro chavo-ruco, soy de los que todavía dice “está chido”, “ya vas”, “sale y vale”, pero también estoy aprendiendo a decir “por dos” (x2).
Nunca a mis 43 años me había tocado vivir una crisis sanitaria, económica y política de estos niveles. Me atrevería a decir que no hay precedente, nos comparan con la epidemia de la gripe española de 1917 en cuanto a crisis sanitaria, o con el “crack” de 1929; estoy convencido que lo que sucederá este año será mucho peor.
Mucho peor que la Primera Guerra Mundial, mucho peor que la Segunda Guerra Mundial, mucho peor que cualquier otro antecedente, simplemente porque hoy la sociedad es 3 veces más grande en lo que respecta a los fenómenos sanitarios o económicos de décadas pasadas.
Pero, en esta ocasión, ¿de dónde está saliendo el recurso para afrontar la crisis del COVID-19? Para solucionar la catástrofe económica de la segunda guerra mundial, se creó el Fondo Monetario Internacional, que fue el responsable de fondear recurso para la reconstrucción de los países afectados por la guerra. Para el caso de la tragedia del COVID-9, ¿quién está soltando el billete?
Definitivamente el papel de inyección de recursos está recayendo en los gobiernos. Para el caso de EUA, hasta el momento ha liberado 2 trillones de dólares para el combate del COVID-19, para el caso del Reino Unido se han liberado 500 billones de dólares, el Banco Central Europeo ha autorizado $930 billones de dólares. Pero, adivinen qué, los recursos que están gastando los Estados proviene de bancos comerciales, los gobiernos están emitiendo deuda para afrontar la crisis de hoy.
Créanme amigos que no es un pensamiento extremo el pensar que el mundo tendrá una crisis superior a la segunda guerra mundial, donde en algunos países se tuvo una contracción de hasta el 25% de su PIB.
Al momento se ha estimado que Estados Unidos se han perdido más de 3 millones de empleos y tiene una perspectiva de crecimiento de un -3%, lamentablemente México va en una estimación de 900 mil empleos perdidos y una reducción del PIB del -8% para el 2020.
Esto no ha acabado amigos, vamos empezando.
Intención con acción, pongamos todo el entusiasmo, creatividad y empeño para resolver la crisis que se avecina.
Mantengamos la fe en que esto es pasajero y que, eventualmente, las cosas volverán a su normalidad.
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