El oro, ese metal que ha causado euforia y excitación desde inicios de la historia del ser humano; representado en la tabla periódica por “Au” de Aurum, que significa brillante amanecer.
Es muy interesante el proceso de extracción de este metal. En primer lugar, pasa un helicóptero o un avión con una sonda radioactiva para identificar el punto donde rebote la radiación acorde a los parámetros de este metal.
En una segunda etapa se inicia a explorar, barrenando y extrayendo núcleos de barrenación, tal cual como meter palillos en un pastel, para que los geólogos identifiquen la pureza y como está repartido el cuerpo del metal.
Luego, la etapa de explotación, la cual en la actualidad es un proceso molecular, generalmente a través de lagunas de lixiviación, donde precipitan los metales para juntarlos en el paso de fundición. Todo esto para que al final se pueda obtener una barra de “Dore”, aproximadamente 400 onzas.
Les cuento esto porque parece que volvió la moda de romper el cochinito para comprar oro, esto a través de criptomonedas respaldadas en activos, como lo es este metal, este mineral se está convirtiendo en el “comodity” preferente de los inversionistas en el mercado de las monedas digitales.
¿Pero por qué? Esto debido a que las tendencias del mercado de criptomonedas están migrando a una rama que se llama “Stable Coin” o monedas estables. Se llaman así porque están ancladas al valor de un activo como una propiedad, petróleo y algún metal precioso como el oro.
En los últimos años (2015-2019) no le había ido tan bien al oro, inclusive los bancos centrales del mundo llegaron a rechazar la compra de lingotes de este mineral, pero para finales del año pasado, junto con la aparición de la COVID-19, tomo fuerza la adquisición de este metal como un activo de refugio.
Para inicios del 2020, primer trimestre, a nivel mundial se demandó 1029 toneladas de oro en el mundo, un 2% más que en el mismo periodo del 2019. El mayor comprador de este metal fue Rusia, pero se observó a un nuevo participante, los compradores minoristas, que participaron directamente en el disparo de la demanda a nivel global.
Los minoristas recurrieron a dos herramientas digitales dentro de la clasificación de monedas “Stable Coin” que se cotizan con base en el valor de este metal precioso. La primera es Digix (DGX), esta cripto está basada en programación Ethereum, la cual tiene un valor unitario igual a una onza de oro.
La segunda moneda digital estable es PAX Gold (PAXG), de igual forma está basada en código Ethereum, pero su valor se cotiza en base a un lingote de oro, es decir 400 onzas.
Para que se den una idea, la onza de oro, a finales del 2018, estaba cotizada en $25,223.00 pesos, para finales del 2019 en $28,244.00 y para hoy, mediados de 2020, se cotiza en $40,460.00 pesos mexicanos. Incrementó más del 30% de su valor en menos de 6 meses, ¡qué loco!, ¿no?
Intención con acción amigos, en estas épocas de incertidumbre es importante considerar invertir en oro o una moneda estable respaldada por este metal.
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