25 de Abril del 2024

Cuando confundes jabón líquido con crema para el cuerpo

Por Yonadab Cabrera / /

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Esta historia es verídica, y afortunadamente no me sucedió a mí. Le pasó a mi amighola, siempre guapa, intensa y muy hiperactiva Viridiana Lozano —directora de Periódico Central— quien tuvo a bien en ser honesta para relatarnos su gran tragedia.

Verán, en estas vacaciones de diciembre Viridiana Lozano decidió comprar unas cuantas cremas para la belleza. Que si la crema nocturna, la crema para las arrugas, la crema con bloqueador solar, la crema para humectar la piel, para las estrías y para todo.

Como niña con muñecas nuevas o con la cocina de Fisher Price, amighola todos los días y a cada rato se untaba cada una de sus cremas, sin importar que no le tocaban por el horario, pero estaba tan entusiasmada que no le importaba, ni siquiera se daba cuenta de lo que se ponía.

“Esta crema no resbala, está muy mala, es dura”, se decía así misma cada vez que usaba una en particular. Todos los días después de ducharse usaba esta crema y todos los días era su misma respuesta —esta puta crema no resbala, está bien dura, qué pedo (léase en tono de Viri indignada)— pero no suspendía su uso.

Además, su piel no presentaba cambios, no lucía fresca y humectada, no olía rico, el aroma de la crema no perduraba en su cuerpo —Tal vez no me quede, hubiera agarrado otra— se empezaba a repetir con el paso de los días y cada vez más desilusionada, hasta que por fin un día de hace una semana se decidió.

Tanto le había gustado su kit de cremas, pero ante la desilusión y la decepción de que no le quedó la crema que más le gustaba, optó por regalárselas a su mamá, quien muy feliz aceptó el presente y de inmediato empezó a usarlas, pero esa en especial con el mismo resultado, pues tampoco resbalaba por su piel, no se la dejaba fresca y humectada y la sentía muy dura.

Empezaron a pensar que tal vez era un problema de la piel de las Lozano Ortiz, que por alguna extraña razón rechazaba los componentes de esa crema, pensaban que nunca podrían usarla o que era una maldición que las perjudicaría para toda la vida y generación tras generación, aunque la mamá de Viri no perdió las esperanzas.

Conforme pasaron los días, decidió volver a usarla, probar suerte de nueva cuenta y recibió una luz, un destello luminoso que la hizo revisar a conciencia, cabalidad y detenidamente dicha crema y ahí se dio cuenta de algo… ¡No era crema corporal, era un gel corporal para ducha! Claro, por eso no resbalaba, por esa estaba dura, por eso no humectaba la piel, pues no era crema sino jabón para bañar.

—Viri, no es crema, es jabón para bañarse— dijo la mamá muy contundente y con toda la seguridad del mundo, Viri casi se desmaya pues durante semanas se estuvo untando después de bañarse, jabón para bañar con esa textura pegajosa y dura. #Plop.

Moraleja: Mejor hay que comprar en Avon, Jafra, o las cremas normales como Nivea.

¡Claro! chinguen a la guapa.

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