Vida y Estilo

Julio César Chávez: el boxeador tres veces campeón del mundo que lo tuvo todo, cuenta su historia en Puebla

- Foto: Agencia Access

“El sueño de un campeón” dejó impresionados a los poblanos. Simplemente un recorrido fascinante por la carrera del tres veces campeón del mundo que lo tuvo todo y que fue corrompido por las adicciones que rigieron su vida por años y lo hicieron perder todo.

Por Carmen Gonzalez/@carmenldn /

¡Simplemente fascinante! El campeón de campeones en el mundo del boxeo, Julio César Chávez llegó a la ciudad de Puebla para ofrecer una de las conferencias más emotivas de su vida; “El sueño de un campeón” un recorrido por la carrera del tres veces campeón mundial de boxeo.

Durante poco más de una hora, mantuvo la atención de los poblanos con el relato de los más importantes episodios y logros acumulados a lo largo de una carrera que tuvo altas, pero también muchas bajas.

Su carisma y personalidad fiel a sus raíces, Julio César le sacó más de una sonrisa a los fans poblanos y abrió esta conferencia develando aquellos recuerdos de niñez, cuando le prometía una y mil veces a su madre que la sacaría de la pobreza que los rodeaba en Culiacán, Sinaloa.

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Mientras sus hermanos marcaban sus caras y cuerpos en las peleas de box del barrio, Julio aspiraba a dedicarse a cualquier otra cosa, cualquier otro deporte, menos el fútbol.

Sin embargo, después de descubrir el don que poseía para boxear y rogarle a su madre dejar practicarlo, su vida cambio, llegando a tener un total de 90 peleas a lo largo de su vida.

Sus años de gloria comenzaron a correr, llenos de triunfos una fama que lo elevó como una de las más grandes eminencias en el mundo del box, todo esto, como resultado del esfuerzo, dedicación, perseverancia y mucha disciplina que demostró a la edad de 20 años.

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Fue así que recibe la noticia de pelear su primer Campeonato Mundial lo llevó a ganar de 30 hasta 100 mil dólares por pelea.

A momentos, el público convertía las risas en suspiros y fue entonces cuando llegó uno de los momentos más difíciles de expresar para el campeón.

La pelea contra Roger Mayweather fue su mayor reto, el más difícil y el más duro. El cansancio invadió su cuerpo al grado de pensar que después de la tremenda golpiza, sufriria una falla cerebral que acabaría con su vida.

Las palabras y ánimos de su entrenador “El Búfalo”, su equipo y su familia en el 12 round despertaron la sed de victoria de Julio César, que terminó por derrotar a su contrincante estadounidense.

Este hombre llegó a tener un records de 76 peleas invicto, sin embargo, los días grises se hicieron presentes poco tiempo después, cuando los vicios fueron su más grande exceso.

Nada lleno el deseo de satisfacción de Julio, ni el amor de su esposa e hijos, ni los 3 títulos mundiales, ni el cariño de los fans, ni las casas y los autos de lujo, ni siquiera las drogas que consumió por años.

 Aun consumiendo todo tipo de sustancias, los problemas comenzaron a invadir su vida. Se ganó el desprecio de quienes más lo amaban y admiraban y ya nadie quiso saber de quien alguna vez fue la mayor estrella del boxeo.

Pasó días encerrado en su habitación, drogandose y bebiendo sin razón y se convirtió, según sus palabras, “en el ser más despreciable, simplemente algo que no era”.

Tras una serie de inútiles entradas y salidas de centros de rehabilitación, sumado a varias demandas millonarias, intentó quitarse la vida tirando del gatillo de una pistola que apuntaba a su cabeza y que gracias a la oportuna intervención de su cuñado, logró librar la muerte.

 

El día de hoy, aunque ustedes no lo crean, puedo decir que tengo diez años limpio. No ha sido fácil, he estado a punto de volver a caer, he tenido que hacer de todo para cuidar a mis hijos: Julio, Omar, Nicole y Christian. Lo que les cuento tiene que ver con la prevención, con Edgar al pendiente de sus hijos. Actualmente, tengo 3 clínicas para tratar las adicciones y llegan muchos padres con historias tristes sobre sus hijos, pero también hijos con historias  tristes sobre sus padres. Llevando una vida de excesos te guía a tomar uno de tres caminos: la cárcel, los hospitales o la muerte. Así que hoy les pido los padres que estén muy al pendiente de sus hijos.”

El mundo conoció el nombre de Julio César Chávez, un joven humilde de Culiacán, Sinaloa, que recibió a manos llenas el amor y cariño de los mexicanos y del mundo entero, pero que una vez llegada la fama, perdió lo que más amó. En esta ocasión, regresa y enfrenta la vida con una nueva cara, aunque sin los guantes que una vez lo llenaron de gloria sobre el ring.

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