En Puebla existen más de 20 balcones esquinados que datan del Siglo XVIII, y son elementos únicos que caracterizan a la Puebla de ese periodo, así lo detalló el arquitecto José Blas Ocejo en su libro “Los balcones esquinados”.
Y es que a partir del Siglo XVII, las casas de Puebla comenzaron a engalanarse con balcones de hierro forjado, los cuales son únicos y originales debido a que la herrería da vuelta continua en la esquina de los edificios.
Estos balcones se encuentran al exterior de las casonas construidas de forma angular, mirando a ambas calles de la casa. Las construcciones iniciaron con el arquitecto Pedro López Florín quien participó en la construcción de la Catedral poblana.
Existen tres tipos de balcones: el primero de ellos que expande el marco del segundo nivel, colocando en el vértice una columna con la ventanilla esquinada y una esquina sencilla de remate.
El segundo conserva la ventanería esquinada gracias al adosamiento de las puertas a la columna y el tercer tipo añade una cornisa muy decorada.
Estos balcones se pueden observar en las avenidas Juan de Palafox y Mendoza y 4 Norte, o en la 3 Oriente y 4 Sur.