A mi manera

Estoy perdiendo la fe

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Me rehusaba a aceptarlo, creía, en el fondo, que las cosas podían mejorar. No quería creer que la situación ya estaba tocando fondo, quise disfrazar ese hedor con un Glade rosita.

Pero debo decirlo: HE PERDIDO LA FE, perdí la fe en el cine mexicano, sí, el actual. Sé que me dirán “Te lo dije”, pero ya conocen la frase “no se experimenta en cabeza ajena”.

Yo era de las que todavía pagaba un boleto para apoyar el cine mexicano, creía que valía la pena apoyarlo; varias películas se salvan de denominarse “bodrios”, pero la última que vi se lleva el primer lugar a esa denominación, o como dijera Homero Simpson: He visto muchas bazofias pero ésta es la mayor bazofia entre las bazofias. Y me refiero a No Manches Frida 2, con Martha Higareda y Omar Chaparro.

¿Quién carajos invierte dinero en esas cosas horrorosas? Ni siquiera vale la pena llamarlas películas, no lo merecen. ¿A quién se le ocurre una historia tan mala creyendo que será una buena secuela? Lo peor, ¡cómo es que No Manches Frida 2 recaudó más de 220 millones de pesos en taquilla! Ok, los más de 4 millones de espectadores podrán decir que yo estoy mal, y espero que así sea.

Precisamente esa película no la vi en cine, recientemente se sumó a la programación de Amazon Prime y decidí darle play. No le encontré pies ni cabeza, pensaba cómo lograrían sostener una historia tan burda y personajes tan cuadrados, vaya ni porque había inmensidad de estereotipos la cosa salió bien.

Ahora me felicito por no haber gastado unos 50 pesitos en ese boleto del cine, aunque bueno, el Amazon Prime no me sale gratis.

Pero ojalá todo se detuviera ahí, en una mala secuela. No, ahora vemos unos remakes infumables, como las adaptaciones mexicanas de La Boda De Mi Mejor Amigo (una cinta que hasta se siente incómoda de lo falsa que es) o la reciente Cómo Si Fuera La Primera Vez.

Vamos por partes, ambas películas son consideradas de las mejores comedias románticas del cine hollywoodense, no son Lo Que el Viento se Llevó o Citizen Kane, pero son clásicos de finales de los 90 y principios de los 2000 que nos hicieron muy felices con personajes entrañables que la gente aprecia mucho.

¿Cuál era la necesidad de hacer remakes o refritos de Julia Roberts y Drew Barrymore con actrices que tienen cero química con sus co-protagonistas?

Y ahora que ya respiré profundamente y me voy calmando… tal vez haya una luz al final del cine, digo, del túnel.

Cuando vi Niñas Bien pensé “claro que pueden hacerse cosas de muy buena manufactura, ‘nomas es cosa de querer”, hasta Ilse Salas se llevó el Ariel, sí el que muchos creíamos le darían a Yalitza Aparicio por Roma y bueno, ROMA, esa es la joya de la corona y que ahí se quede.

Y así hay varias cintas que se salvan y hasta dignifican el cine mexicano. Una de las más memorables recientemente en definitiva es Nosotros los Nobles, no es la mejor, tal vez, pero tiene los elementos suficientes para no decaer y mantenerse hasta el final y le fue bastante bien en taquilla.

Pero al citar estos títulos también hay que hacerlo con las “taquilleras”, que sean buenas o malas han ganado dinero en las salas y con eso basta para que esto no pare, ¿ejemplos? Mirreyes vs Godinez, Qué Culpa Tiene el Niño, Cásese Quien Pueda.

¿Por qué Martha Higareda tiene películas tan feas? ¿No me creen? Vean la desafortunada adaptación de Hasta el Viento Tiene Miedo donde aparece. Y en ese mismo género está la nueva versión de Más Oscuro Que la Noche, no con Martha pero también está muy malita.

Yo no tengo nada contra los remakes, varios me gustan mucho. Creo firmemente que pueden hacerse nuevas adaptaciones con dignidad y que también pueden hacer películas con ideas originales que refresquen la pantalla.

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