Uno de los dos murales del siglo XVI que todavía existen en Puebla ha quedado en el olvido, al grado que sirve de escaparate para la tienda Almacenes Rodríguez. En el techo del establecimiento, entre ropa y posters promocionales, se aprecia la pintura histórica de la orden de los Dominicos y del primer Colegio que existió en Puebla.
Ni siquiera puede apreciarse la obra por completo pues la cubren parcialmente dos columnas anchas que fueron colocadas para iluminar los productos que la tienda ofrece. Aunque las columnas de iluminación están sostenidas por varillas fuera de la pintura, en la parte superior la obra de arte tuvo que ser perforada para colocar unos finos alambres para reforzarlas.
CENTRAL realizó un recorrido al interior de la sucursal de Almacenes Rodríguez, ubicada entre las calles 5 de Mayo, esquina con la 10 Poniente, en pleno Centro Histórico de la capital de Puebla. La tienda de ropa se ubica en uno de los locales en los que quedó fragmentado el antiguo Colegio de San Luis —la primera escuela en la capital del estado y de las más importantes del país en aquel tiempo―.
Los fragmentos del mural pasan desapercibidos tanto para clientes como para la mayoría de los empleados de la tienda y, si se quieren apreciar, es necesario ubicarse a la mitad del establecimiento y levantar la mirada.
Las pinturas parecen un adorno del almacén de ropa que no le da su valor histórico. La obra del siglo XVI fue perforada para instalar las lámparas. Del mural penden unos cables que sostienen las luminarias, abajo de la pintura cuelgan cientos de anaqueles, y las prendas de vestir hacen una combinación de mal gusto. El mural pasa a segundo plano o ni siquiera es percibido.
Los empleados desconocen el valor histórico del fresco, porque para ellos solo es una pintura que adorna su lugar de trabajo, pero también es lamentable que sus clientes tampoco tengan un conocimiento de la obra del siglo XVI, saben que existe la pintura, la ven a diario, pero desconocen que formó o parte de un mural del antiguo Colegio de San Luis.
Mural del Colegio de San Luis, uno de los dos del Siglo XVI que quedan en Puebla
En entrevista para CENTRAL, Carlos Maceda, quien estudió Historia del Arte e hizo su tesis sobre este mural, explicó que en la ciudad de Puebla quedan pocos ejemplos de pintura mural del Siglo XVI en la ciudad de Pueblas: uno de ellos se ubica en la casa del DEAN y es el más grande, debido a que lo han restaurado, pero también se perdieron algunas de sus partes, el segundo es el del Colegio de San Luis y, de acuerdo con el especialista, se conserva en un 60 por ciento. Existía un tercero que estaba en una casa privada en la Avenida 2 Poniente entre 9 y 11 sur, de éste último solo se conserva un fragmento en el museo regional de Antropología e Historia.
La pintura mural del siglo XVI se conserva en un 60 por ciento, es mucho y aunque ha tenido cuestiones que sí le están afectando, está en buen estado de forma general; hay particularidades que hay que atender, pero sí hay elementos que nos ayudan a leer y entender la pintura”, dijo el especialista.
Sin embargo, mencionó que de acuerdo con algunas crónicas de religiosos de la orden de los Dominicos como Agustín Dávila Padilla existían otras pinturas en el Colegio de San Luis que se han ido perdiendo a lo largo del tiempo. Incluso, afirmó que ni siquiera se le ha dado el valor histórico al inmueble que albergó a la primera escuela en Puebla.
Sabíamos que había más murales en este edificio. Sabemos por Agustín Dávila Padilla, un cronista de los Dominicos, que en el cubo de la escalera había una pintura mural, de la fundación del colegio y de los mártires de los Dominicos, pero no tenemos rastro, están los aplanados a ver si diferentes calas podemos ver que se podría encontrar ahí”, dijo Carlos Maceda.
La pintura tiene elementos de la Pasión de Cristo, incluidos ángeles con algunas imágenes representativas de dicha Pasión, imperan los colores azul y gris, característicos del Siglo XVI e incluso hay instrumentos musicales de la época.
Originalmente, el inmueble abarcaba toda una cuadra en la calle 5 de mayo de la 8 a la 10 Poniente, con el paso del tiempo se fue fragmentando el edificio. Por ejemplo, se perdió la parte de atrás en las que estaban las caballerizas, los huertos y la cocina. El historiador de la BUAP refirió que el inmueble ha sido modificado en tres ocasiones y se destruyó por completo la fachada principal, aunque al interior se conserva el 80 por ciento de la estructura original.
Este colegio fue el primero que se instaló en Puebla, fue de los más importantes y exclusivos en la época del virreinato, solo aceptaban a 17 alumnos con las mejores recomendaciones, en total vivían ahí 24 personas entre los alumnos, el rector, los maestros y el personal auxiliar.
El colegio se construyó a petición de don Luis de León Romano, quien era corregidor, y al morir solicitó que con su dinero se e edificara un colegio que fuera administrado por los Dominicos o los Franciscanos; los últimos no aceptaron porque dentro de sus leyes no está permitido recibir dinero, por lo que la administración se le quedó a la primera orden.
El corregidor era muy querido en Puebla pues realizo muchas acciones de beneficencia a favor de la ciudad. Instaló el agua en las plazas principales y construyó el puente de Amalucan.
Colegio de San Luis
El Colegio quedó fragmentado en varios locales, una tienda Elektra ocupa el patrio principal y, según los historiadores, la bóveda y el comedor del colegio es usada como la oficina de la gerencia.
Los demás locales, de acuerdo con el recorrido hecho por CENTRAL, son en su mayoría tiendas de ropa, cuyas paredes fueron repintadas de blanco, por lo que no se sabe si borraron de ellas algunos restos de murales o pinturas históricas.
El histórico Colegio de San Luis quedó reducido a un escaparate de ropa, mochilas, una farmacia, tiendas de perfumes y de mochilas.
