Delincuencia

#ArchivoNegro: Asesinatos a sangre fría y ajustes de cuenta conmocionaron a los poblanos en sólo un mes

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Entre los poblanos se originó un temor colectivo de salir por las noches, pues en dos ocasiones los diarios informaron de la existencia de sujetos que a bordo de un automóvil disparaban a los transeúntes

Por Eloy Rodríguez  Linares/@linares_eloy

/ Ciudad de Puebla

En el mes de junio del 2001, los poblanos tenían miedo de salir por las noches. El diario El Sol de Puebla había informado de la muerte de una niña de dos años y un joven de 17 por sujetos que viajaban en auto modelo Spirit, en la unidad habitacional de Amalucan. Días después, una pareja fue herida por impactos de arma de fuego cuando caminaba por la colonia el Salvador de la ciudad de Puebla. Los agresores se dieron a la fuga.

Lo anterior  originó el temor colectivo a salir por las noches pues el rumor fue que los sujetos disparaban a los transeúntes sin motivo aparente.

En otro contexto, Asunción Alcántara Sánchez, dueño del bar 1900 recibió un impacto de bala en su rodilla izquierda cuando a dos militares les cobró la cuenta, pues ya iba a cerrar su establecimiento. Los sardos fueron puestos a disposición del Ministerio Público por las acusaciones de lesiones y portación de ilegal de arma de fuego.

A SANGRE FRÍA

El primer crimen ocurrió la noche del viernes primero de junio de 2001. En el siniestro,  Edgar Iván Durán Juárez, de 17 años de edad, perdió la vida por dos impactos de arma de fuego. Además, una niña de dos años fue trasladada al hospital de Traumatismo y Ortopedia del Seguro Social por una herida de bala en su cabeza. Seis días después, la lesión le causó la muerte.

Los hechos ocurrieron en la unidad habitacional de Amalucan, cuando Edgar Iván Durán, regresaba junto con sus vecinas Mayra Sánchez Juárez, Barbará Méndez Juárez y la sobrina  de ellas, Mitzi, de pagar la mensualidad del gimnasio de la mamá de Mayra.

A unas calles de sus casas, un auto blanco modelo Spirit se les acercó y empezó acosar a las adolescentes, por el temor que les causaron los sujetos, Mayra Sánchez y Barbará Méndez optaron por ingresar a la tienda “Mi pequeña Esperanza”, que se encontraba a unos pasos, en espera de que las personas continuarán con su camino.

En el momento en que las adolescentes estaban por ingresar al local, el conductor descendió de su vehículo, accionó su arma, disparó hacia el cielo y después a una de ellas. La bala lesionó a Mitzi. El sujeto volvió a usar su pistola e hirió de muerte a Edgar Iván Durán. Otro de los sujetos bajó del carro y, aprovechando que Iván estaba en el suelo, dio un balazo más al joven, esta vez en la nuca. Después, los agresores se dieron a la fuga.

POSIBLE AJUSTE DE CUENTAS

El segundo crimen ocurrió la noche del 15 de junio de 2001, cuando una pareja fue baleada por sujetos desconocidos que viajaban a bordo de un automóvil. Los novios caminaban por la calle Providencia de la colonia El Salvador, de la ciudad de Puebla.

Graciela Javier Ramírez, de 22 años, y Juan Manuel Alcántara de 24, fueron las personas que sujetos desconocidos intentaron asesinar. La pareja fue traslada al Hospital Universitario de Puebla en donde se debatieron entre la vida y la muerte.

De acuerdo con la versión de testigos, los novios caminaban por la acera de la calle Providencia, cuando se les acercó un vehículo y los tripulantes dispararon. En el momento en que Graciela y Juan Manuel se desvanecieron, el conductor aceleró y se dio a la fuga.

Las autoridades declararon que quizá el intento de asesinato fue un ajuste de cuentas y que los agresores planearon su forma de actuar para no ser identificados.

COBRÓ LA CUENTA Y LO BALEARON

Asunción Alcántara Sánchez, dueño del bar 1900, fue herido por una arma de fuego cuando les pidió a dos militares que pagarán su cuenta porque ya iba a cerrar. Elementos de la Policía Municipal que patrullaban la zona detuvieron a los agresores.

La noche del 19 de junio de 2001, paramédicos de la Cruz Roja llegaron al local que se ubica en la Avenida Juan de Palafox y Mendoza y la 20 Sur para atender a Asunción Alcántara por una herida de bala en la rodilla izquierda.

Rogelio Sayas Gil, soldado que se encontraba en servicio e iba vestido como civil, y Hugo Estrada, militar retirado, fueron puestos a disposición del Ministerio Público por las acusaciones de lesiones y portación ilegal de arma de fuego.

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