26 de Abril del 2024

Municipios

Acusan a Mario Montero Jr. de usar la Notaría de su papá para despojar a campesinos de sus predios

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CENTRAL ha recibido varias denuncias en contra de la Notaría 2, cuyo titular es Mario Montero Serrano, de falsificar documentos para apoderarse de predios abandonados o con dueños de bajos recursos, quienes difícilmente podrían reclamar por el despojo (Primera de tres partes)

Por Yonadab Cabrera Cruz /

El empresario Mario Montero Rosano es acusado de usar la Notaría 2, cuyo titular es su papá, Mario Montero Serrano, para despojar a campesinos de bajos recursos de sus predios a través de prestanombres. El hijo del exsecretario de gobernación en la época marinista usa su cargo como notario auxiliar para armar todo un modus operandi de despojo, que incluye la falsificación de documentos.

CENTRAL ha recibido varias denuncias en contra de la Notaría 2, en las que señalan que Montero Rosano se ha dedicado en los últimos años a identificar terrenos abandonados o cuyos propietarios hayan muerto, para poder convertirse en su dueño. Otro de los requisitos para el despojo, es que los herederos o dueños sean de muy bajos recursos y no tengan posibilidad de reclamar su propiedad. la

Este periódico digital ha documentado, como primer caso, el del predio rústico “Cohatla”, ubicado en el Pueblo de Santa María Tonantzintla, en San Andrés Cholula, un municipio de la zona conurbada de Puebla.

Usando su poder como notario auxiliar, Mario Montero Serrano cuadró una operación millonaria, para simular la compra-venta legal del inmueble en solo 579 mil pesos, cuando su valor catastral certificado es de 1 millón 154 mil, y el comercial podría rebasar los 3 millones de pesos.

Este no es el único caso, los despojados por Montero Serrano, cuyas identidades serán resguardadas por temor a represalias, acusaron que han documentado más casos de despojo en San Andrés Cholula, Atlixco y la Ciudad de México, con la finalidad de armar un expediente que revele los predios que Montero Rosano se ha apropiado.

CENTRAL presenta la primera de dos partes del caso del predio de “Cohatla”, una maraña de argucias ilegales para un negocio que le ha dejado a Mario Montero un terreno de más de 3 millones de pesos.

En esta entrega nos enfocaremos en el primer paso del modus operandi de Montero.

Búsqueda de predios

Las fuentes consultadas por CENTRAL revelaron que el hijo del exsecretario de Gobernación y esposo de la diputada federal de Morena, Nay Salvatori, primero realiza una cacería del predio del que pretende apropiarse y se fija que cumpla con una serie de requisitos: que sus propietarios estén muertos, lleve más de 20 años en el abandono, o que los dueños no tengan recursos suficientes para reclamar una invasión o despojo.

Luego, el notario auxiliar consigue la escritura en el Registro Público de la Propiedad, para investigar a nombre de quién se encuentra.

Ya que lo logró, las fuentes refieren, que podría iniciar una pequeña obra en la propiedad: limpieza o colocación de una malla ciclónica, para percatarse si con el movimiento algún “dueño” reclama por su uso.

Una vez que superan con éxito esta fase, inicia un procedimiento “legal” pero con documentos falsos para apropiarse del terreno.

El predio del “Cohatla”

El “Cohatla” es un predio rústico que se encuentra en el municipio de San Andrés Cholula, en el pueblo de Santa María Tonantzintla.

Fue comprado en 1952 por Ezequiel N y Antonia N —solo aparecen con un apellido en la escritura original—, esposos, él de 42 años y ella de 30 años. En ese momento lo compraron por 60 pesos a don Mariano N.

La carta poder del “Cohatla”

CENTRAL tiene en sus manos la carta poder que certificó el 18 de abril de 2017 el Notario Auxiliar, Mario Montero Rosano para que uno de sus prestanombres, Abel N, pudiera obtener todas las facultades para vender el predio.

La carta está plagada de irregularidades que además revelan más del modus operandi del despojador y su grupo de prestanombres.

Primero, a pesar de que en la escritura original no aparecen los dos apellidos de los propietarios, en la carta poder los dueños aparecen como Ezequiel N y Antonia N, quienes le “otorgan el poder” a Abel N para “pleitos y cobranzas”.

Pero además, en el contrato, Montero Rosano, como auxiliar de la Notaría 2, certifica en la cláusula tercera:

Que los propietarios dispensan a su mandatario de la obligación de rendir cuenta a sus mandantes”, con lo que durante toda la operación no debe dar ninguna explicación a los dueños legítimos.

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A pesar de que en la escritura original no vienen los dos apellidos de los propietarios, en el Poder se especifica que se llaman, Antonia N, de 33 años; y Ezequiel N, también de 33 años.

Es importante destacar que Montero Serrano da fe de que supuestamente conoce personalmente a los otorgantes del poder, “a quienes juzgo con la capacidad legal para contratar y obligarse”.

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Con este poder, Abel N realizó la compra-venta del inmueble, en dicha operación hay que destacar que él, a su vez, también es el comprador del terreno.

 

 

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