23 de Abril del 2024

Municipios

La Pasión de Cristo de la Romero Vargas es tan intensa y real como la famosa representación de Iztapalapa

- FOTOS/Erik Guzmán

Una de las escenas más impactantes es el azote de los romanos a los esclavos, representados por gente de la comunidad. Niños, mujeres y hombres reciben por igual incontables latigazos sobre la espalda desnuda a manos de sus vecinos, amigos y familiares que en ese momento personifican lo más cruel de la Roma antigua.

Por Victor Hugo Juárez/El Sol de Puebla /

Cada latigazo dilata la pupila de miles de personas que aguantan el sol y polvo para ver la edición 59 del Vía Crucis en Pueblo Nuevo, ubicado en la junta auxiliar Ignacio Romero Vargas, donde la representación de la muerte de Cristo se vive con un fervor diferente, que ha llevado a esta obra a recibir premios nacionales e internacionales.


 

Una de las escenas más impactantes es el azote de los romanos a los esclavos, representados por gente de la comunidad. Niños, mujeres y hombres reciben por igual incontables latigazos sobre la espalda desnuda a manos de sus vecinos, amigos y familiares que en ese momento personifican lo más cruel de la Roma antigua.

Del otro lado, la gente espera con ansias ese momento, el staff de la obra advierte que están por llegar los esclavos al escenario principal y piden a la gente abrir paso. Los espectadores poco caso hacen porque quieren ver desde la primera fila cada uno de los azotes que deja huella en las espaldas desnudas que ya muestran hinchazón y sangre.

 

El público es exigente, se escuchan voces decir “el gordo ya se cansó, seguro le faltó darse su toque”, lo que combina una de las tradiciones más antiguas con la realidad que se vive en esa junta auxiliar, considerada por las autoridades como un “foco rojo” por narcomenudeo.

“Es una actuación muy dura”, explica el Doctor Jorge Morales Flores, Director General de la obra y quien ostenta el record Guinness por personificar a Jesús durante más de 50 años.

Para esta edición, el Doctor Jorge observa la obra desde un lugar privilegiado en el escenario principal, su intervención es narrando algunos pasajes de esta obra que dura más de ocho horas y que aglutina a más de 900 actores.

El personaje de Jesús quedó en manos de Lucio Flores desde el año pasado y se lo ganó porque participa en esta obra desde que era niño.

Con 59 años de realizar esta obra, Don Jorge explica que los actores pasan por pruebas para definir el personaje que representarán y para el cual ensayan alrededor de cuatro meses antes de la presentación.

“Aquí no es como en los pueblitos, de que estás gordote y te toca Pilatos, cada actor que llega a darse de alta hace las pruebas para ver en qué papel va a quedar”.

Orgulloso de su legado, presume que hace tres años su obra fue la única en ganarle a la representación de Iztapalapa durante un concurso nacional que se realizó en Tlaxcala.



“Es la única obra que le ganó a Iztapalapa en el primer Congreso Nacional que hubo en Tlaxcala. Pueblo Nuevo superó en calidad artística a Iztapalapa, nos dieron tres premios, llevamos los 900 actores para entrar al concurso”.

Pero no todo ha sido “miel sobre hojuelas”, en Romero Vargas hay dos representaciones de la muerte de Cristo derivado de una ruptura que hubo en el elenco original, del que seis actores salieron para realizar su propio Víacrucis.

La versión de Don Jorge es que esas personas contaminaban al elenco, pues fueron señalados de robar e iniciar actividades de narcomenudeo entre los propios actores.

“Esos que lo hacen por Cristo Rey son seis personas que expulsamos de acá por abusivos y rateros, hasta uno que le dicen el Toro cínicamente ya estaba vendiendo la droga, se la pasaba a los actores, andaba ya vendiendo”, acusó.

La producción que contempla sonido, audio, escenario y vestuario tiene un costo aproximado de 100 mil pesos, de los cuales 25 mil reciben por parte del gobierno municipal y el resto de donaciones de la misma gente que ve esta representación como una tradición que no se debe perder.

REPARTEN SOMBRILLAS DE JIMÉNEZ MERINO EN VÍA CRUCIS

La tradición religiosa de Romero Vargas no escapó de la realidad política que vive Puebla, pues en las calles de esa junta auxiliar se repartieron sombrillas del candidato del PRI a la gubernatura de Puebla, Alberto Jiménez Merino.

Sin embargo, para estos eventos ver utilería de partidos políticos es de lo más común, pues, aunque el priista fue el único que repartió sombrillas en esta edición, las huellas de elecciones anteriores quedaron registrada con paraguas, gorras y playeras de otros partidos políticos y candidatos que hoy en día ya no lo son.

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