Andrés Manuel López Obrador llega a Huauchinango como una estrella de rock. Sus fans lo reciben como si fuera un redentor. El líder de la religión morenista que encanta a quien lo escucha dice que va a terminar con el huachicol pero no es completamente severo, entiende que los pobladores lo hacen por necesidad y eso genera aún más empatía.
Sigue prometiendo, como si estuviera en su eterna campaña presidencial, pero no le creen todo cuando el presidente de México dice que Rafael Moreno Valle y Martha Erika Alonso murieron en un accidente y que fue una desgracia, lo corrigen: “están vivos”, se escucha el grito de una multitud.
Como si se tratara de un concierto del grupo de moda, afuera de la sede del primer evento del Ejecutivo Federal, Osvaldo vende souvenirs del presidente, gorras, tazas, playeras con su imagen y su frase más reciente: “me canso ganso”.
La gente espera para ver a su líder, hay largas filas para ingresar a la escuela primaria Carlos Betancourt. No hay filtros de seguridad. Atrás quedó la exhaustiva seguridad que impedía el acceso a los eventos presidenciales. Todos entran por igual: pobladores, medios de comunicación, diputados locales, senadores, todos por igual.
Son casi las 11 de la mañana y López Obrador llega a pie a la escuela, acompañado del gobernador interino, Guillermo Pacheco Pulido. Antes de llegar al templete se toma fotos con sus seguidores, los abraza, los besa, les toma la mano. Tarda cinco minutos en subir, la gente no para de gritarle la frase de guerra de sus mítines como candidato: “es un honor estar con obrador”.
Una vez arriba del templete, les pide a los ciudadanos que le tengan paciencia, que va a terminar con el huachicol, que los entiende y no los va a perseguir porque lo hacen con necesidad. Pero les pide que se alejen de ese ilícito, por eso lleva su Proyecto de Bienestar, para que reciban apoyos económicos.
Como si fuera un mitin, el presidente hace la promesa de que habrá más medicamentos en los Centros de Salud, promete que 55 mil hectáreas se beneficiarán con la siembra de árboles cítricos, de café, frutales y maderables.
Voy a regresar Huauchinango y estaré visitando los pueblos a ras de tierra no en helicópteros ni aviones (...) Hay forma de que tengan alternativas, no los vamos a condenar, porque tuvieron que meterse a esas acciones ahora hay alternativas. Necesitamos fortaleza moral, purificar la vida pública de México”, asegura el presidente.
Pero no le creen todo, cuando López Obrador habla del accidente en el que murieron Martha Erika Alonso y Rafael Moreno Valle, simplemente no le creen. “No venía a Puebla por una situación que sigue. Primero una elección cuestionada que confrontó a los poblanos y posteriormente por la desgracia en la que perdieron la vida la gobernadora, su esposo y tres personas más”.
No es cierto, están vivos”, le contestan a su líder.
López Obrador no deja pasar la oportunidad y advierte que vigilará que las elecciones extraordinarias en Puebla sean democráticas pues busca a toda costa que no haya fraude electoral.
Por eso lanza el mensaje de que la Fiscalía General de la República y la Fepade tendrán los ojos en los comicios para elegir gobernador de Puebla en los próximos cinco meses.
El presidente de México vuelve a ser ovacionado cuando se compromete a que no regresarán las prácticas de antes, en la que los partidos lucraban con la pobreza de la gente para beneficiar a un partido político.
No más despensas de frijol con gorgojo. Que se destierre de una vez y para siempre el fraude electoral”, exclamaba el presidente.
Aunque la gente presente está por López Obrador, también es el primer evento de Guillermo Pacheco Pulido quien se estrena como como gobernador interino de Puebla. El tabasqueño celebra que el Congreso de Puebla lo eligiera en el cargo con la aprobación de todos los priistas.
Pero otra vez sus seguidores lo corrigen, “es priista” le reviran.
En su discurso el priista tiene que sonreír cuando la multitud aclama a Morena, un partido antagónico a su tradición tricolor, el que dejó al PRI como la tercera fuerza política y aun así, asegura que trabajará con el gobierno federal y todas las fuerzas políticas sin distinción.
A pesar de ser el anfitrión, es ignorado prácticamente por todos, los gritos de “¡Es un honor, estar con Obrador!”, ensordece el oído, pero Pacheco es un político profesional y sabe disimular.
El presidente se despide de la multitud, “voy a regresar a Huauchinango”, “ustedes me cuidan”, y “amor con amor se paga”, fueron las frases que quedan grabadas en la mente de sus fieles seguidores.
