20 de Abril del 2024

Cuídate de la gente ‘perfecta’

Por Betzabé Vancini / /

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Andan por ahí con la vestimenta adecuada, los mejores modales y una personalidad muy agradable que hace que la mayoría de las personas sientan atracción o simpatía. Frecuentemente, son modelos a seguir en su trabajo, en su familia o en el círculo social porque se les percibe como exitosos/as o extraordinariamente estables. Si te asomas a sus redes sociales vas a encontrar lo mismo: una vida perfecta. Sin embargo, en la mayoría de los casos, entre más perfecta parezca una persona, menos integrada y sana está emocionalmente. Voy a explicarte por qué:

Esas personas que percibimos como infalibles, siempre amigables, exitosas y con la vida perfecta suelen tener de fondo personalidades que no están del todo sanas; pues en primer lugar, la perfección no existe y esto significa que todo aquel que se presente como tal cosa, estará usando una máscara. Es decir, será una farsa. Para resumirlo y ponerlo en términos más coloquiales, te diré que una persona que tiene una vida de escaparate perfecta, lo más seguro es que ni siquiera sea buena persona. Desafortunadamente, las redes sociales son un caldo de cultivo idóneo para que estas personas puedan presentarse como funcionales, divertidas o exitosas sin que haya manera de comprobar lo contrario. Finalmente, en redes sociales cada quién se muestra cómo quiere hacerlo.

En términos clínicos, detrás de una persona con aparente estabilidad emocional te puedes encontrar desde obsesivos controladores hasta psicópatas. Aquí la clasificación de las personalidades patológicas que se encuentran más comúnmente detrás de la ‘perfección’:

• Narcisistas: personas que creen ser superiores a los demás debido a que viven en una fantasía de belleza, poder y éxito. Más allá de que posean o no las características que presumen, los narcisistas suelen ser personas muy simpáticas de tratar en la superficie, sin embargo, en el fondo son personas vacías, envidiosas, cero empáticas y que frecuentemente usan su simpatía para explotar a los demás y tratarles como súbditos. Las personas narcisistas son incapaces de establecer relaciones interpersonales sinceras sin que su afecto esté mediado por una ventaja o recompensa. Una vez que obtienen lo que desean de las personas, las desechan sin el menor remordimiento.

• Antisociales: frecuentemente se confunde este término con las personas que no desean socializar, sin embargo, los antisociales son lo opuesto a la ‘asocialidad’ -desagrado por socializar-. Las personas con trastorno antisocial de la personalidad suelen ser personas ampliamente carismáticas, graciosas, intrépidas y líderes. Esto generalmente les gana la simpatía y la admiración de quienes les rodean. Suelen brincarse algunas reglas para lograr sus objetivos y su sentido del humor puede caer en lo políticamente incorrecto algunas veces pero, ese no es el problema en realidad. El verdadero problema es que las personas con este trastorno de personalidad tampoco sienten empatía por otras personas, disfrutan tanto la adrenalina que son capaces de ponerse en riesgo ellos y a otros con tal de divertirse, e incluso, son personas a las que les gusta generar conflicto sólo para entretenerse con el sufrimiento ajeno. No desarrollan un vínculo afectivo fuerte por lo que fácilmente mienten, engañan, manipulan o son infieles y son capaces de no sentir culpa por el daño que causan.

• Obsesivos-Compulsivos: Los conocemos frecuentemente por la abreviación TOC. Suelen ser personas ordenadas, puntuales, impecables en su higiene, en su forma de vestir y de hablar. Son personas confiables para realizar proyectos y trabajos por lo que a menudo se les reconoce como “la imagen del éxito.” Sin embargo, detrás de esa apariencia tan pulida y tan responsable se esconden los más hábiles titiriteros: personas controladoras, dominantes y manipuladoras que están acostumbradas que todos bailen el son que tocan y que son capaces de lo que sea con tal de lograr que su entorno se comporte como ellos desean que lo hagan. Tienen un código moral rígido y muchas veces torcido que funciona únicamente en la medida de su conveniencia. Por ejemplo: “robar está mal, pero cometer un crimen de cuello blanco no está mal si el beneficio es para mí.” A veces sus estándares son tan altos y tan rígidos que son personas que suelen quedarse solas porque “nadie está a la altura.” Se convencen de esta idea porque es más fácil pensar que son ellas quienes rechazan o desaprueban a otros que darse cuenta que la gente a su alrededor se aleja porque son insufriblemente dogmáticos y porque, en su afán de parecer perfectos/as, mienten sobre su propia vida o sobre sus experiencias.

Ahora bien, es importante aclarar que si te encuentras a una persona claramente inestable y desajustada emocionalmente no necesariamente estará más sana que las personas que te describí anteriormente. Sin embargo, una persona sana mental y emocionalmente está consciente de sus defectos y virtudes, sabe que su vida no es perfecta y es consciente de sus propias contradicciones. Es decir, que una persona sana emocionalmente se acepta como es y no pretende proyectar una imagen falsa sobre sí misma o sobre su vida. Para poder tener relaciones interpersonales sanas, uno de los requisitos más importantes es la honestidad y ésta empieza con uno mismo/a. De ahí aquel dicho de las abuelas: “caras vemos, corazones no sabemos,” pues aunque una persona sea altamente funcional en apariencia, no sabemos qué puede ocurrir en su interior y en muchos de los casos, los moverán motivaciones meramente egoístas y destructivas.

Así que, afina tus antenas y mejor date tiempo de conocer más a fondo a las personas con las que te relacionas. Recuerda esto: si parece demasiado bueno/a para ser real, probablemente no lo sea.

Como siempre, estaré atenta a tus preguntas y comentarios vía Twitter. Me encuentras como @betzalcoatl