Hoy me di cuenta que estoy a dos páginas de que se termine mi séptimo cuadernillo de anotaciones. Desde mis inicios profesionales siempre he tenido un cuaderno donde apunto cosas del trabajo, lo uso como mecanismo para recordar pendientes o definir escenarios de negocio; la verdad es que fue muy curioso cómo es que empecé a guardar una colección de estos.
Siempre me ha gustado llevar a mis hijos a la oficina, un poco porque me gusta que se vayan familiarizando con la vida empresarial y otro mucho porque me encanta estar con ellos.
Un día de esos, por allá del 26 de julio del 2013, estábamos sentados en mi oficina y mi hija vio que estaba a punto de tirar a la basura una de mis libretas de anotaciones. Ella, a su corta edad, me hizo reflexionar con una pregunta seguida de una afirmación: ¿por qué vas a tirar tu cuaderno de notas papá?, a lo cual yo le contesté: porque ya no me sirve, y ella finalmente afirmó: ¡pero si ese cuaderno es tu diario, allí apuntas todo lo que piensas, no tires tu diario, lo vas a utilizar!; amigos, a sus cinco añitos de edad me impresionó su forma de interpretar mi acto y asesorarme para no tomar una mala decisión.
Desafortunadamente, de cuatro años atrás, ya había tirado varios conjuntos de notas, pero desde ese día decidí guardar todos mis diarios empresariales, porque sé que en algún momento los utilizaré.
Volviendo al tema principal, al darme cuenta que terminaba mi séptima libreta de anotaciones, decidí echarle un ojo a mi colección y revisé las primeras notas que guardé. La hoja uno tiene mi mapa estratégico del 2013, pero la hoja dos contiene el plan para generar un “micro holding”.
Como les he contado en columnas anteriores, me empecé en el arte del negocio con una comercializadora de artículos dentales, pero fui evolucionando en diferentes líneas de negocio: restaurantes, comedores industriales, hospedaje remoto, entre otros.
La primera persona que me recomendó crear una empresa “controladora” y separar las actividades comerciales en diferentes empresas fue mi contador Noel Valenzo, esto debido a que cada operación comercial tiene mecanismos fiscales distintos. El contexto fiscal es uno de los más importantes al momento que decidas extender tus operaciones de negocio con más de una razón social.
Noel me dijo: vender comida implica comprar a tasa cero de IVA, vender equipo dental implica una tasa del 16% de IVA tanto en compra como en venta. Aquí, Jorge, puedes tener desventajas fiscales si no separas tus actividades comerciales. Debido a esto, la primera empresa que separé fue la de alimentación industrial.
Otro argumento que usó mi contador es el de evitar acumulación de ingresos; si solo tienes una empresa que facture todas tus operaciones comerciales, tendrás una compañía que tenga muchos ingresos y que pague mayores contribuciones de ISR.
Estrictamente en el tema fiscal, en ocasiones es más conveniente el “divide y vencerás”.
Otro punto a favor de tener diferentes personas morales, es que puedes acceder a diferentes registros patronales con el IMSS que tengan clasificaciones de riesgo de trabajo más bajas. Si solo tienes una sola empresa, todos tus empleados registrados en IMSS te harán pagar el tabulador de riesgo de trabajo en el que se encuentre clasificada tu única empresa. Si tienes varias, podrás tener distintas clasificaciones donde encuadren tus trabajadores.
El tener un holding con empresas subsidiarias también tiene beneficios de otra índole al hacendario, podemos mencionar que puedes ofertar sociedades por rubro de actividad, así como también, tener un grupo de diferentes empresas causa el beneficio de que puedas participar, comercialmente, con un mismo cliente desarrollando diferentes actividades.
En fin, amigos, emprendan y aprendan con más de una razón social. Fractura tus ingresos por actividad comercial y opera con más de una sociedad puede resultar una buena idea.
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