26 de Abril del 2024

“This is mister Soto”

Por Osvaldo Macuil / /

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Septiembre de 2012. Audi anuncia que instalara en Puebla su primera planta automotriz en América. La firma de los cuatro anillos eligió a la humilde comunidad de San José Chiapa para invertir mil 300 millones de dólares.

En el gobierno de Puebla encabezado por Rafael Moreno Valle no cabían de felicidad y no paraban de presumir el logro que representaba la llegada de una empresa de autos premier a territorio poblano. Sería su legado.

El 5 de septiembre fue el gran día. El círculo rojo de la política poblana se trasladó a Los Pinos en la Ciudad de México, pues los directivos de Audi, el presidente Felipe Calderón y Moreno Valle darían el anuncio oficial y las características de la inversión.

En ese entonces trabajaba en Diario Cambio y cubría la fuente empresarial. Durante meses, el tema se volvió una obsesión para el director Arturo Rueda que en todo momento exigía la primicia. Así que no podía perderse el acto protocolario en la sede del gobierno mexicano.

En lugar de trasladarme a la Ciudad de México en el transporte habilitado por el gobierno estatal como estaba planeado, Rueda cambió el itinerario y me citó en otro punto para irnos a la cobertura del gran anuncio en su vehículo.

En el evento los morenovallistas derrochaban presunción por la inversión. Fue un evento protocolario normal. Discursos, verborrea, aplausos. La diferencia es que estábamos en Los Pinos.

Una vez que concluyó el evento comencé a buscar a Rueda para regresar a Puebla. A mi celular comenzaron a llegar mensajes de que me diera prisa o me dejaría. Ante la presión caminé y caminé por la zona hasta que me di cuenta que estaba perdido.

De pronto salí a un estacionamiento en el que estaban aparcados vehículos de lujo. Empecé a ver rostros conocidos. Eran los funcionarios estatales que se había trasladado a la CDMX.

Seguí caminando hasta que me llamó la atención una conversación que se daba detrás de mí.

—This is mister Soto, dijo una voz inconfundible. Era Pablo Rodríguez Regordosa, el secretario de Competitividad, Trabajo y Desarrollo Económico.

Con esas palabras estaba presentando al líder de la CTM, Leobardo Soto con un grupo de inversionistas alemanes. Ahí se dio el acercamiento formal entre los empresarios y la central obrera.

Después de eso viene la historia ya conocida por todos. La Confederación de Trabajadores de México obtuvo contratos millonarios en San José Chiapa durante la construcción de la planta.

Tenían el control de los camiones de volteo, las contrataciones y los comedores. A todos les cobraban cuotas para dejarlos trabajar. Hasta a los ambulantes que se acercaban a vender comida. Fue un negocio redondo.   

Ahora que Pablo Rodríguez está en la mira del gobierno estatal por las irregularidades en la llegada de Audi a Puebla, bien valdría la pena que también se revisen los beneficios que obtuvo Leobardo Soto y la CTM.