24 de Abril del 2024

Cuando el discurso se acaba y Trump está ahí

Por Daniel Fajardo Patrón / /

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Sea quien fuera quien ganara la presidencia, uno de los mayores retos que tendría que superar el presidente en turno sería la compleja relación con Donald Trump. 

No, no hablamos de los Estados Unidos, el discurso de Estado quedó atrás de la voluntad del magnate quien desde sus primeros instantes como presidente, endureció las políticas y los discursos hacia nuestro país, primero con fuertes acusaciones, posteriormente, con políticas que obligarán al gobierno mexicano a pasar del discurso a la acción.

El gobierno mexicano obligado a actuar

Algunos especialistas mencionaron durante estos días, es momento de unirnos como país y respaldar al Presidente. Muchos alabaron la valentía con la que el mandatario envió una carta a su homónimo americano para fijar una postura con respecto a las medidas económicas que el país norteamericano ha lanzado contra México a manera de presión para tener un mayor control sobre el paso de inmigrantes por nuestro país y su acceso por la frontera sur.

El cuestionamiento sería valorar la efectividad de este documento ¿una postura frente Trump o un acto propagadístico hacia los mexicanos? ¿Se habló de este gesto de AMLO en los medios norteamericanos como un intento diplomático para frenar estas acciones que impactan a la economía mexicana?, ¿o tan solo somos nosotros quienes hablamos de este evento que terminará siendo inútil para resolver el problema?

Analicemos lo ocurrido en otros contextos para tener una mejor suposición de lo que está ocurriendo. El canciller Marcelo Ebrard y un grupo de diplomáticos han tenido reuniones con funcionarios de segundo nivel, pese a anunciar a los medios que existen negociaciones fructíferas para resolver este conflicto, lo cierto es que estos diálogos no han alcanzado a funcionarios de alto nivel, ni siquiera al presidente Trump quien continúa su campaña en medios, y en Twitter, manifestando cada vez con más energía su interés de meter en ritmo a nuestro país con las exigencias migratorias que él propone, mostrando sus cartas en la mesa y generando declaraciones que inclusive ponen en riesgo los más recientes acuerdos comerciales que se han acordado en los últimos meses,

Sin embargo, el gobierno mexicano, al pasar los días, parece quedarse corto con una simple carta en la que el presidente alzó el pecho y dijo “no soy un cobarde” una declaración de valor que sin duda nos hubiera gustado leerla de muchos otros mandatarios ante las presiones del vecino del norte, pero nuevamente cuestionamos, sin resultados tras este movimiento, ¿en realidad fue un discurso para responder o simplemente un acto propagandístico para nuestro país?, ¿una declaración pensada en hacernos creer que en realidad se hace algo y que esto es suficiente?, ¿una táctica distractora en la que nuevamente nos quedamos solamente con una lectura superficial de la verdadera problemática que conlleva este aumento programado en los aranceles en contra de nuestro país?

¿Y después del discurso?

Hasta el momento el presidente López Obrador ha sido un hombre de discursos, muchas declaraciones, muchos temas que han sido traídos a la opinón pública y que se debaten en ella pero que al final, quedan como casos sin resolver. Hasta ahora esta táctica le ha servido para distraer y dividir, incluso la justificación de que la situación actual es consecuencia de los gobiernos anteriores ha resultado efectiva pero advierto amigo lector, que las consecuencias económicas para nuestro país ante la amenaza de las políticas de Donald Trump, hacen notar que estas declaraciones no serán suficientes.

Es por esa razón que tras la carta que se envió la semana pasada, en lugar de seguir la línea de los análisis del contenido que se presentaban en muchos medios, me dediqué a observar al mismo presidente con su seguimiento del tema y a su equipo diplomático en los Estados Unidos, y el resultado es prácticamente nulo. Esto indica que el presidente López Obrador, tendrá que responder con una acción más allá del discurso, es decir, AMLO deberá salir de su zona de confort discursiva para realizar acciones políticas de alto impacto que lleven el mensaje de “no soy un cobarde” del discurso a la acción con las posibles repercusiones que este acto puede tener. ¿Hacia donde disparar esta intención? Sin duda existen muchas direcciones, lo importante es salir del discurso para fijar una postura efectiva con el mismo lenguaje que Trump, con políticas agresivas que nos hagan ser respetados y que envíen el mensaje de que la relación comercial con México no es un favor o un robo, es un trato por igual entre ambos países y para ello, para solucionar este grave conflicto, habrá que ser más activos que la pasividad que sugiere la estrategia mediática y propagandística del actual gobierno.

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Mtro. Daniel Fajardo

Agencia de Servicios de Comunicación Integral

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