Todos los poblanos tenemos muy presente la campaña que hizo Miguel Barbosa para llegar a la gubernatura de Puebla.
El discurso de la reconciliación llegó a la mente de los que más lo necesitaban: los exfuncionarios morenovallistas que pensaron que una vez que llegara Morena al poder se irían tras las rejas.
La reconciliación fue conversación de todas las mesas durante esos dos meses, un tipo de auto consuelo llegaba cuando algún exfuncionario recordaba las frases de Barbosa y las entendía como una especie de perdón anticipado.
“¡Ya nos perdonó!”
Dirían por ahí: “cada quien entiende lo que le conviene”.
Eso fue lo que pasó, los morenovallistas y exfuncionarios oyeron lo que les convenía: que Barbosa había ya guardado su espada, estaba concentrado en ganar y no quería venganzas, que solo quería un estado en paz.
Algunos morenistas con sed de venganza o de justicia, según como lo vean, se indignaron porque no querían que el gobernador fuera a pactar impunidad.
Todos lo entendieron mal y ayer en su discurso en el Metropolitano, Barbosa lo dejó muy claro.
Primero hizo lo que a mi parecer fue la revelación más importante, dijo que la deuda real de Puebla asciende a 44 mil millones de pesos y que pronto la secretaria de Finanzas y dará a conocer los detalles.
Y dijo, en sus propias palabras, que había que hacer una “actualización” de su lema de la campaña.
Diría yo, una reinterpretación, y esa es que los corruptos serán perseguidos y encarcelados, porque según el mandatario estatal esa es una manera de alcanzar la paz.
No se lo sacó de la manga, es lo más lógico, lo que ninguno de nosotros quisimos entender desde un principio porque estamos acostumbrados a que el gobierno entrante pacta con el saliente, así ha sido por sexenios y sexenios.
¿Les quedan dudas? ¿Aún creen que los van a perdonar? Barbosa dijo:
“Tenemos que actualizar la estrategia de nuestra campaña, la reconciliación para la paz, para alcanzar la paz y el bienestar. Pero la reconciliación también se alcanza aplicando la ley”.
¿Ya entendieron? Barbosa va a denunciar a quien tenga que denunciar como una vía de demostrar que su gobierno sí sigue a los corruptos y que con ese ejemplo alcanzará la paz que prometió en su campaña.
¡Qué fuerte!