25 de Abril del 2024

Chinguen al Chuma

Por Yonadab Cabrera / /

yonachinguen ident

Amigas y amigos.

Todos.

Compañeros de sector y de partido.

Amigos de gremio y comunidad.

Quiero compartirles que hay de decisiones a decisiones.

A veces tomamos algunas buenas y otras muy malas, pero descubrí que hay alguien peor que yo para decidir el rumbo de su futuro.

Y en estos momentos en que podríamos creer que hay paz y felicidad, existe una persona que se la pasa lamentando por todos los rincones de su casa, por todas las calles de la amargura, que cada vez que se acuerda llora o a veces prefiere ya ni acordarse.

Pero no lo puede evitar, basta que abra un periódico, que lea una noticia por internet o que escuche la radio para que nuevamente le hierva la sangre, para que se ponga rojo de coraje, los ojos se le llenen de lágrimas, y le salga humo por las orejas.

Sí, esta historia es de mi muy adorado y querido amigo Edgar Chumacero a quien desde mi escritorio le mando un fuerte abrazo y reconforto en estos momentos complicados para él. Son complicados porque me cuentan que tomó una decisión muy equivocada.

En aquel momento la minimizó, creía que era un sueño irreal, que solo se iba a quemar, que nunca iba a pisar San Lázaro, que iban a perder. Hoy a un año del ofrecimiento y de ver que por lo menos unos días o por seis años tendría la oportunidad de su vida, no saben cómo se arrepiente.

Sí, resulta que Alejandro Armenta le ofreció hace un año al buen Chuma la oportunidad de ser su suplente en el Senado de la República, ambos son muy amigos: “No mi Alex ¿Cómo crees? Puf, o sea y si perdemos qué haré. Tengo familia, qué dirá mi suegra, traemos al PRI tatuado en todo el cuerpo (léase toda la cita textual con tono de Chuma, tipo Xavi Noble)”.

Y así, para Edgar Chumacero era muy distante la posibilidad de pisar siquiera por equivocación la Cámara Alta de San Lázaro: “O sea wei, aunque Armenta gane, puuuffff jamás dejaría el Senado, qué tendría que pasar para que yo como suplente asuma la senaduría”, se decía una y otra vez el Chuma para convencerse de que había tomado la mejor decisión.

Hoy, a casi un año de esa propuesta, Edgar Chumacero sigue viendo cómo se va alejando la posibilidad de ser senador y cómo mientras él se aleja más, Jesús Encinas ya hasta se sentó en la curul y en una de esas, porque nunca se sabe que vaya a pasar se quede los seis años. Mi buen amigo Chuma anda inconsolable, no puede creer las vueltas que da el destino y ahora se lamenta tanto no haberle tomado la palabra a Alejandro Armenta.

Moraleja: Bien dice mi abuelita “Agua que no has de beber, déjala correr”.

¡Claro! Chinguen al guapo.