24 de Abril del 2024

Tu primer día y te expulsan

Por Yonadab Cabrera / /

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Amigos, me da tanta felicidad cuando pasa una semana sin que cometa un error, me cague una paloma, me caiga o esté a punto de hacerme en los pantalones. Esta historia afortunadamente no es mía, es una de tantas que he acumulado de mi buen amigo Osvaldo Macuil, jefe de Información de Periódico Central.

Ya me di cuenta que no soy el único al que le pasan cosas inverosímiles, existe alguien tal vez peor que yo, con una peor suerte, pero mientras lo convenzo de que me deje publicar la historia con la que seguro llegará a la cúspide del bullying, les cuento del día que fue corrido y sacado del Estadio de Los Lobos como vil delincuente.

Osvaldo Macuil, Macuil como le decimos estaba muy contento porque era la primera vez que cubría deportes, su gran sueño hecho realidad, asistir a los partidos de Los Lobos y del Puebla de la Franja para hacer las notas sobre sus triunfos o sus derrotas.

Viridiana Lozano y yo también estábamos muy entusiasmados, nuestro pequeño por fin salía del capullo para convertirse en una bella mariposa futbolera. Le pusimos su lonchera de Baby Shark, su manzana roja, sus totis, su sandwichito, bloqueador solar, gorra y hasta una sombrilla.

“Le compartes de tu lunch a tus compañeros reporteros”, le dijo Viri muy cálida como cuando una mamá manda por primera vez a sus hijos al kínder. Y Osvaldo con sus cachetitos, su carita de niño ñoño y sus dientecitos de fuera, dijo “Sí Viri, lo que tú me digas”.

Macuil llegó muy contento al estadio de Lobos, se tomó fotos con las universitarias, con la botarga del equipo, con el rector Alfonso Esparza, los botes de la basura, la porra, los de seguridad, los contrarios, los jugadores, el pasto, las porterías, los revendedores, los viene viene, los autobuses y por todos lados, hasta con las playeras sudadas de los jugadores.

Todo era felicidad en la primera cobertura deportiva de Osvaldo Macuil. Un día soleado, muchos rayos de luz, el pasto muy verde, gritos, porras y por supuesto, escuchó atentamente las instrucciones para los reporteros: “No pueden pisar el pasto, no pueden tomar fotos con flash, abrazar a los jugadores y hacer transmisiones en vivo. Repito, no hacer transmisiones en vivo”, dijo uno de los del staff del estadio.

Pero como Osvaldo estaba muy entrado admirando la corpulencia y el físico de los Lobos. Babeaba por un lado y otro, tanto que no puso atención a las recomendaciones y reglamento, e hizo todo lo que no debía hacer hasta transmitir por FB Live el partido, festejar los goles de los Licántropos y hasta gritarles piropos: “¡Quiñones te amo! ¡Quiñones voltéame a ver! ¡Quiñones hazme un hijo!”, por supuesto los más de mil conectados que tenía lo escucharon y entre ellos, los de seguridad de los Lobos.

Llegaron las señoras autoridades y le dijeron con voz imponente: “Reportero nuevo en el estadio, no puedes acosar a los jugadores ni transmitir por FB”, y de inmediato le quitaron su teléfono, su acreditación, lo tomaron del cuello de la camisa y con una mano, lo arrastraron hasta la salida del estadio.

“¡No mames! Me sacaron”, se dijo a sí mismo.

Moraleja: pongan atención a las recomendaciones y reglamentos.

¡Claro! Chinguen al guapo.