Así fue como se perdió el cabildeo de la deuda de 2 mil millones de pesos

Todo fue muy rápido.

El sábado 15 de julio a las 13:00 horas  los regidores del Ayuntamiento de Puebla recibieron un mensaje de Whats App para convocarlos a una “reunión urgente”.

El encuentro sucedió a las 19:00 en el Palacio Municipal y ahí estuvieron encabezándola el alcalde, Luis Banck y el nuevo Secretario de Seguridad Pública, Manuel Alonso.

También estuvieron el Tesorero, Héctor Arrona y el secretario de Infraestructura, David Aysa.

Ahí el alcalde y Alonso hablaron sobre la necesidad de mejorar las acciones para combatir la inseguridad.

Plantearon el tema del préstamo, dijeron 2 mil millones de pesos.

Hasta ese momento todos los regidores, incluidos los priistas, estaban a favor de la propuesta y de asumir el costo político que implicaba.

Para reforzar la idea, el alcalde planteó el ejemplo de estados como Tlaxcala con más presupuesto que Puebla capital y menos habitantes.

Alonso planteó la compra de patrullas, cámaras de seguridad y los lectores (dispositivos electrónicos) para que los policías lleven a cabo sus informes homologados.

Para el rubro de infraestructura, Luis Banck habló del gran problema de pavimentación y cómo ha crecido a causa de las lluvias, incluso dijo que pavimentar 2 mil 800 calles costaría 5 mil 300 millones de pesos.

Pero bueno, para no hacerles más largo el cuento, ya estaba todo planchado.

Los regidores salieron convencidos de que a toda costa el dinero sería necesario.

La negociación se cayó el lunes por la mañana.

Los regidores recibieron el punto de acuerdo a las 11:00 con errores que hicieron notar al panista Osvaldo Jiménez.

Pero ya era demasiado tarde.

Fue crucial que el dictamen no trajera asentados los proyectos que se habían planteado en la reunión, la institución bancaria donde se contrataría la deuda y la tasa de interés.

Central publicó en exclusiva de 8 columnas el endeudamiento y los medios de inmediato retomaron el tema.

La presión mediática y el anuncio de la negativa del PRI hicieron al alcalde retroceder un paso.

La cifra de la deuda pasó de 2 mil a 800 millones de pesos, para quitar un poco de presión.

Y es que 2 mil millones de pesos equivalen al 50 por ciento del presupuesto del Ayuntamiento para todo un año.

El problema fue la falta de transparencia, el tesorero no supo dar razón de qué proyectos se efectuarían y el costo de cada uno.

Obviamente el recorte afectaría las obras, pero tampoco se dio cuenta de ello.

Los priistas votaron en contra y el Ayuntamiento está en la mira de la oposición y ciudadanos que solo quieren saber ¿en qué se va a gastar el dinero?

Para terminar el asunto, el líder del Congreso de Puebla, Jorge Aguilar Chedraui declaró que el Poder Legislativo necesitará toda la información sobre para qué será el dinero y con qué institución bancaria se solicitará.

El alcalde tiene dos problemas.

1. El plan de trabajo para combatir la inseguridad y para obras, presupuestado en un inicio por 2 mil millones de pesos, fue recordado.
2. Podría estar enfrentando fuego amigo al interior del Ayuntamiento (por la mala integración de la solicitud) y afuera en el Congreso por cómo será allá cabildeada la propuesta.