Friday, 26 de April de 2024

Vida y Estilo

Apunta la fórmula: dos estampados con los que combinar el ‘print’ de leopardo

- Foto: Especial

Aunque el dibujo tiene un enorme peso estético y suele tenderse a cierta simplicidad cuando entra en juego, algunos looks de ‘street style’ nos recuerdan que la sorpresa con ellos es posible

Por Vogue /

Hace ya varias temporadas que la yuxtaposición de estampados dejó de resultar algo extraño. Sí, podía seguir siendo arriesgado y en la operación había que tener un cuidado extremo que minimizase el margen de error, pero precisamente ese es el mantra que en muchos casos terminaba ganando y haciendo que se desistiese en favor de básicos como el blanco, el negro y el denim. Especialmente, cuando el print protagonista es el de leopardo, uno de los más contundentes e inmortales de entre todos los clásicos. Sin embargo, navegando en el street style hemos encontrado dos looks que nos recuerdan que este dibujo puede funcionar (bien, muy bien) junto a otros más o menos inesperados.

Leopard print

Leopardo + rayas

Si alguien podía ejecutar esta mezcla un tanto excéntrica pero que funciona, era Giovanna Battaglia. Aunque esta composición no resulta en absoluto nuevo, sí es cierto que suele tender a tener como protagonista las mil rayas (en camisas, por ejemplo) dejando al print de leopardo en un segundo plano. Pero pasado por el filtro de la estilista italiana implica que ambos tengan el mismo peso estético, tanto por tamaño como por vocación: en ambos se intuye más afán pictórico que literal, especialmente en los pantalones. La presencia del negro ayuda a que el efecto general resulte más consistencia y el cuello de camisa que asoma por el sweater aporta el punto sofisticado. Para copiar, vaya.

Leopard print

Leopardo + formal

Esta conjugación quizás se antoje más extraña, insospechada, si se prefiere, pero lo cierto es que funciona igual que la anterior; o al menos eso parece querer demostrar este sweater con mangas contrastadas que se unió a unos pantalones de pana en las calles de París. La clave para que el impacto visual se reduzca ligeramente y la carambola estilística se ejecute con éxito reside, de nuevo, en la paleta de color escogida: aquí hay distintos tonos de café, pero tanto el sombreado y fondo del leopardo como el de los cuadros responden al mismo tono base.

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