El Ejército Mexicano ya tomó posesión del nodo logistico denominado La Célula desde hace un mes. Los militares que cuidan la obra de 450 millones de pesos impiden el acceso a cualquier persona bajo el argumento de que es propiedad privada.

Esto, pese a que el Congreso del Estado no ha autorizado aún la enajenación onerosa del "elefante blanco" marinista, el cual carece de servicios y que serán reactivados una vez que se anuncie la entrega del terreno y la inversión el lunes de la próxima semana.

Este jueves 24 de agosto, el gobernador Tony Gali adelantó que el Nodo Intermodal La Célula será enajenado para la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), dependencia que invertirá en un "gran proyecto" que generará 5 mil empleos en la región, por lo que desde el pasado martes 22 de agosto, envió al Congreso local la iniciativa para enajenar el lugar de 600 hectáreas.

VER: La Célula será ocupada para proyecto de la Sedena: Tony Gali

CENTRAL hizo un recorrido por el nodo para verificar las condiciones en las que se encuentra. Sin embargo, al entrar a las instalaciones, se comprobó que ya hay soldados custodiando el lugar y prohíben la entrada a cualquier persona.

De acuerdo con los soldados que custodian La Célula y que platicaron con este medio de comunicación, llegaron desde hace un mes al lugar por órdenes de la XXV Zona Militar para resguardar las inmediaciones, e indicaron que como ya es una propiedad privada está prohibido el acceso a las personas. Incluso, reconocieron había personas que frecuentemente iban a cazar patos y también les pidieron que ya no ingresaran.

Los militares reconocieron que el “elefante blanco” marinista será usado para instalaciones de la Sedena, pero dijeron que desconocen el proyecto que se pondrá en marcha, insistieron en que sólo saben que desde el mes pasado el lote “industrial” ubicado en el municipio de Oriental pertenece al Ejército Mexicano.

—¿Cuándo llegaron ustedes? —se le preguntó a uno de los soldados.

—Tenemos aquí un mes.

—¿Saben para qué se van a usar las instalaciones?

—No nos dijeron, sólo nos mandaron.

—¿Podemos hacer un recorrido por la zona?

—Necesitas pedir permiso en la XXV Zona Militar, ahí te pueden decir para qué se usará y te pueden dar permiso, nosotros no podemos. Antes venían personas a cazar patos y les tuvimos que pedir que ya no vinieran porque ya es propiedad privada.

La Célula no tiene servicios

Los soldados reconocieron que el nodo logístico no cuenta con servicios básicos: agua potable, energía eléctrica, drenaje, gas. Señalaron que una pipa los abastece de agua, pero sólo en uno de los edificios que abarca La Célula y donde ellos se encuentran instalados.

El edificio en el que se instalaron los soldados tiene un tanque de agua: “No tenemos ni agua ni luz, ningún servicio, viene una pipa a dejarnos agua”, dijo el soldado con el que este medio de comunicación platicó al señalar el edificio en el que están alojados y el tanque en el que depositan el agua.

Ventajas para el Ejército

El terreno sobre el que se edificó La Célula es una altiplanicie similar al lugar donde se construyó Audi, la diferencia es que en San José Chiapa sí drenaron el lugar, y lo aplanaron porque es susceptible a inundaciones.

A pesar de eso, la zona sí estratégica sobre todo para la Sedena, pues es la ruta donde convergen los estados de Puebla, Tlaxcala y Veracruz. Esta región de Puebla genera movilidad porque las tres entidades están conectadas por autopistas y carreteras, por lo que el Ejército tendrá el control y podría llegar sin dificultades hasta Amozoc y Esperanza.

La Célula, el “elefante blanco marinista”

En 2009 se concluyó la construcción del puerto seco, nodo intermodal, o aduana poblana denominada “La Célula” para facilitar el comercio y traslado de diversos productos del puerto de Veracruz a la ciudad de México y las entidades del norte del país, así como del Pacífico al Golfo de México y viceversa, por la ubicación geográfica del municipio de Oriental.

Mario Marín vendió su proyecto como el ancla de la economía poblana y que revolucionaría el comercio en México. Sin embargo, desde el principio estuvo plagado de irregularidades, pues se expropiaron 600 hectáreas a campesinos a un precio de cinco pesos por metro cuadrado y por si fuera poco, el gobierno marinista nunca le terminó de pagar a los ejidatarios.

Originalmente el costo de La Célula sería de 180 millones de pesos, pero ante el retraso de las obras y el encarecimiento de los materiales de construcción, la inversión total fue de 450 millones de pesos, es decir, tuvo un sobrecosto de más del 100 por ciento y fue edificado por las empresas Urbinco, Grupo Constructor JOCC y Constructores, y Mercaderes Iberoamericano.

Además, el nodo logístico quedó incompleto, pues sólo se construyeron las planchas, la explanada principal, tres edificios y las casetas de entrada. La Célula no tiene bardas, vayas de seguridad, malla ciclónica o alambre de púas para impedir el paso de las personas.

Por muchos años la entrada al puerto seco de Oriental estuvo cerrada con unos palos clavados en cada extremo, sujetando un alambre de púas, pero actualmente esos palos y ese alambre están destruidos, tirados en el piso e inservibles.

La Célula originalmente serviría como una terminal de transferencia y almacén de cargamentos, los cuales tenían que ser trasladados por tren; también sería un área de actividades industriales, logísticas y recinto fiscalizador, entre otras cosas.