Friday, 26 de April de 2024

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¡Hala Madrid! Los merengues vencen 2-1 a Múnich

- Foto. Internet

Un gol del triunfo fue de Cristiano Ronaldo.

Por Sport Es /

Al Real Madrid le costó muy poco demostrar en Múnich que le va la marcha, que cuando suena el himno de la Champions, suben sus pulsaciones. Juegue donde juegue y se enfrente a quien se enfrente. Ni el inicio intenso, buscando avasallar, de los alemanes, inquietó a los de Zidane, sólidos en defensa y peligrosos siempre en ataque. Con y sin balón. Pragmáticos hasta decir basta, los de Zidane impusieron su ley en territorio bávaro. Necesitan poco para mandar en el marcador, que es lo que cuenta en Europa. Ganaron 1-2 un partido que, al filo del descanso, pudo ponerse 2-0 con un penalti fallado por Vidal. O les matas o te matan. Esa es su ley.

Partido correspondiente a la ida de cuartos de final de la Champions disputado en el Allianz Arena de Múnich ante 75.000 espectadores.

Durante los primeros veinte minutos tenía el balón el Bayern, intentando desdibujar el orden madridista, que no caía en la trampa a la que le invitaba Thiago desde el centro del campo. Casemiro y Kroos, a lo suyo. Como Benzema, que necesita muy poco para meter miedo. Fue él quien provocó la falta en la frontal que Cristiano Ronaldo lanzó por encima del travesaño. Y suya fue la asistencia atrás para que Kroos rascara un córner. Incluso fue el francés quien cabeceó al travesaño en la mejor ocasión de los blancos.

En el otro área, disparos desde fuera del área de Alaba primero, alto, y de Ribery después, que impactó en Bale provocando el quinto córner para los alemanes. Corría el minuto 24 y fue en el quinto saque de esquina cuando rugió el Allianz Arena. Arturo Vidal entró como un obús en el área pequeña deshaciéndose de Nacho, demasiado tierno, para rematar con violencia tan cerca de Keylor Navas que el meta nada pudo hacer. La lata, abierta de par en par a machetazos. La igualdad entre ambos solo la rompía el marcador. Suficiente para el Bayern de Ancelotti, un pragmático visceral.

Robben retaba a Marcelo cada vez que podía y Ribery hacía lo mismo con Carvajal. Casemiro sacaba cubos de agua de dos en dos ante el monopolio del balón creado por el centro del campo bávaro. El Real Madrid seguía fiel a su fútbol a rachas, indescifrable y, por ello, peligroso porque no necesita gustarse para hacer daño. El Bayern mantenía un control tenso sobre el partido. Müller desaprovechó un balón interior en el área para convertir el dominio en otro gol. Pero era Robben quien mandaba en ataque. Se fue como si fuera un juvenil ante un cadete de Kroos para ponérsela a Vidal. Esta vez cabeceó alto. La mejor ocasión sin tener en cuenta el gol.

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