Friday, 26 de April de 2024

Absurdos

Cuando estás deprimido hasta oler la comida te engorda: Científicos

- Foto: Especial

Según la ciencia, si estás a dieta y eres de los que huele la comida que más se les antoja para evitar comerla, sigues haciendo todo mal...

Por SDP Noticias /

Dicen que el amor entra por el estómago y no, la realidad es que entra por la nariz cuando vas caminando por la calle y de pronto tu olfato lleva flotando hacia los taquitos al pastor de una esquina. De pronto, recuerdas que estás a dieta y que debes conformarte con solamente olerlos para evitar subir esos kilitos indeseables y te sientes satisfecho por tener fuerza de voluntad contra lo más delicioso del planeta. Pues bien, te tenemos una pésima noticia que hará que te ahogues en tus lágrimas y antojos, ya que científicos de la Universidad de Berkeley acaban de revelar que existe una relación entre el olor de la comida y los procesos metabólicos del cuerpo.

El estudio realizó diversos experimentos en ratones manipulados genéticamente para disminuir su capacidad olfativa, a quienes alimentaron con comidas ricas en grasa para comparar su evolución con otros ratones cuyo sentido del olfato era normal. Tres semanas después, se descubrió que los ratones con capacidades olfativas reducidas incrementaron solo un 10% su peso, mientras que los que mantenían un olfato normal doblaron su masa corporal y ganaron hasta un 100% de peso. ¿Qué significa esto? Que el oler la comida ¡también engorda!

Claro que los científicos tenían que asegurarse de tal horror antes de revelar los resultados en su página web, por lo que se asociaron con científicos alemanes para darle mayor profundidad a su investigación. Los alemanes dueños de una cepa de ratones de olfato impresionante, quienes fueron sometidos a la misma dieta, ¡ganaron aún más peso que los ratones con olfato norma!

Según los investigadores, el olor de toda la comida juega un papel importante en cómo las calorías se almacenan en nuestro cuerpo. Al no oler la comida, el cuerpo podría quemar mucho más rápido las calorías consumidas, en lugar de almacenarlas.

 

 

Por cierto, la investigación también reveló que aquellos ratones sin olfato y obesos, perdieron peso y restablecieron su masa normal a pesar de comer grasas.

Moraleja: no huelas tu comida, solo trágatela.

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