Ya es sábado y cómo que se antoja una buena comida y cena, ¿no?
Por lo general, muchos de nosotros nos muncheamos unos ricos tacos de al pastor, o un pozolito –con todo y el calor de los mil demonios que ha hecho en estos días. No hay nada mejor que ese saborcito que solo los puestos de la calle pueden dar.
Pero si ustedes son aquellos que solo pueden comer en restaurantes de prestigio, donde los cubiertos son de plata fina (y no de plástico), y donde por una porción bastante miserable les cobran un ojo de la cara, pues el siguiente restaurante será ideal para ustedes.
Además de ser uno de los centros turísticos más prestigiosos de España, la isla de Ibiza es uno de los lugares donde se sirve la mejor comida del mundo. Tanto así, que este lugar tiene uno de los restaurantes más caros del mundo.
Entrando en el puesto número uno de la revista Forbes, Sublimotion, restaurante ubicado en un lugar secreto cerca del Hard Rock Hotel, ofrece una cena muy exclusiva a 12 afortunados comensales, quienes disfrutan de una veintena de platillos traídos de la mano del renombrado chef Paco Roncero, así como otros grandes cocineros que le han ganado una calificación de 8 estrellas Michelin.
Claro, la comida no es lo único de ocho estrellas, ya que desde la entrada se puede disfrutar de música armoniosa y vistas de impresionantes obras de artes. Entrando a un elevador de a mentis, se llega a un comedor exclusivo, en donde el sonido de las ballenas ameniza la cena.
De ahí, se empieza la cena con un gazpacho de cítrico con pimiento, tomate, crema de palta y cilantro, servido en un caracol… claro.
Y si esto no fuera lo suficientemente estrafalario, un huerto baja desde el techo para que los comensales tomen apio, zanahorias, nabo, coliflor y salsa tártara.
Vaya, hasta la cena tiene sus propios créditos en 3D. Pero como todas las cosas, esta experiencia tiene un precio… 1500 euros (más de 30 mil pesos).
¡Ah caray! No pues, como que sale más caro el caldo que la gallina. Pues como que nosotros nos quedamos con nuestros tacos de a peso. Vaya, la salmonela sale más barata.