El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) hizo un hallazgo sorprendente en el Templo de San Francisco Javier, pues encontró restos humanos que datan de la época de la intervención francesa, por lo que podría tratarse de los combatientes que fueron enterrados en dicho recinto religioso que hoy alberga al Instituto Cultural Poblano y la Secretaría de Turismo del estado.
Estos hallazgos se hicieron gracias al proyecto de salvamento de dicho recinto religioso que lleva a cabo el INAH. En el lugar se encontraron 6 entierros primarios y 2 secundarios con por lo menos 20 personas guardadas. El primero de los entierros se refiere a los cuerpos que son sepultados frescos en el lugar, mientras que el segundo ya tienen alteraciones, fueron cambiados de un lugar a otro, exhumados o hasta hurtados.
El instituto encontró estos restos humanos, y uno de estos perteneció a un hombre con una herida de bala en el hueso iliaco y el propio proyectil, y es que San Francisco Javier fue ocupado como un fuerte para el Ejército de Oriente durante la intervención francesa. Por esa razón, se presume que los cadáveres pertenecen a combatientes en la batalla del 5 de Mayo.
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En el lugar también fueron encontrados suelas de zapatos, botones de ropa, una cruz de metal que una mujer seguramente usaba como collar. Todos estos objetos pertenecen a la segunda mitad del siglo XIX. Los expertos del INAH seguirán trabajando para ahondar en el sexo de los restos, edad a la que murieron, entre otras características.
Y es que el Templo de Francisco Javier ha tenido diferentes usos desde su fundación en el Siglo XVIII: fue una capilla de un colegio Jesuita, fuerte del Ejército de Oriente en la intervención francesa, una cárcel y la sede del Instituto Cultural Poblano, así como de la Secretaría de Turismo del estado
Fue primero, Convento Jesuita de San Javier (1751) y posteriormente 1891 prisión de la ciudad, construida por el Arq. Manzo en el Siglo XIX. Denota las características de los edificios penitenciarios de la época con un patio central, crujías y paso de ronda, tomado como modelo del presidio de Cincinnati. La estructura lograda fue destruida en 1863 a consecuencia del sito de Puebla, y en los años siguientes fue reconstruido hasta llegar en 1871 a la forma en que hoy lo conocemos.
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