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En Puebla, la tradición de vestir al Niño Jesús para la celebración de La Candelaria va en decadencia, debido a que las nuevas generaciones ya no siguen las tradiciones familiares y religiosas. La falta de creencias o la diversidad de cultos y religiones han hecho que cada vez sean menos las personas que acuden el día 2 de febrero a las iglesias para presentar a su figura religiosa.

En una entrevista para CENTRAL, Don Ernesto Munguía, propietario de Almacenes “El Gallito”, platicó sobre la decadencia que se vive actualmente para la fiesta de las “Candelas”, ya que las nuevas generaciones no están interesadas en los cultos religiosos y en esta festividad.

Él inició su negocio hace 30 años, y vio una oportunidad de crecimiento porque tanto amas de casa, como jóvenes y hasta niños, se interesaban en llevar a su “Niño Dios” a la iglesia para presentarlo, pero además se esforzaban para que fuera el que tuviera mejor atuendo.

Durante treinta su comercio ubicado en la calle 3 Norte casi esquina con 4 poniente, en el Centro Histórico de Puebla, ha innovado en la vestimenta de figuras religiosas. Los poblanos que aún luchan por mantener viva la tradición acuden con imágenes de entre 15 a 35 centímetros, aunque este 2022 ha sido el peor de todos los años para su negocio, porque las ventas han disminuido considerablemente.

En 2021 el negocio estuvo cerrado debido a la pandemia de coronavirus, pero eso no fue impedimento para que vendiera pues los clientes llegaban, tocaban a la puerta y esperaban a que alguien los atendiera. Todos lo buscaban para que vistiera a su Niño Dios. Para este 2022 con todo y que el negocio está abierto, es poca la afluencia que registra, ya que solo son personas adultas mayores las que acuden a seguir sus tradiciones.

El año pasado se vendió más que este año, este año está muy bajo. Hace un año aunque estábamos cerrados, allá afuera atendíamos a la gente, metimos la imagen y se la regresábamos. Otros años se ha vendido mucho, pero todo esto va bajando por naturaleza porque ya la juventud tiene otras creencias y otros credos, ya hay mucha variedad. Ahorita los clientes son gente mayor”.

Desde 2021, el negocio va de mal en peor

Desde el 2021, este negocio de las vestimentas ha empezado a quebrar, es como si empezaran desde cero y se han tenido que renovar, por lo que ahora ya venden uniformes escolares y hasta disfraces dependiendo de la temporada.

La industria de la vestimenta, al menos en este comercio es en su mayoría hecha manualmente, lo único comprado en mayoreo son accesorios como zapatos, tiaras, coronas, alas, cruces, huaraches y artículos miniatura para imágenes más pequeñas.

Don Ernesto comentó que el año pasado el vestido más vendido y cuyas unidades no alcanzaron fue el Niño Doctor, este 2022 los más solicitados son el Niño del trabajo, de la abundancia, de Cristo Rey y de San Judas Tadeo.

Los precios que maneja van de 110 pesos hasta 300 pesos, estos costos dependen del modelo y sobre todo del tamaño de la imagen. Los accesorios se manejan  entre 3 a 5 piezas por cada vestido.

Cómo surge la tradición de vestir Niños Jesús en México

La tradición de vestir Niños Dios o Niños Jesús, nació en nuestro país en el año de 1912, en la iglesia de La Candelaria de los Patos en la Ciudad de México, donde la imagen se levantaba del pesebre para cubrirlo después con un manto.

Una vez vestido, se sentaba en una bandeja adornada con flores de romero y dos cirios. Luego era llevado en procesión a la iglesia, ahí era bendecido por el sacerdote y se regresaba a casa para ser guardado.

Según la regla tradicional, el primer año el niño se viste de blanco, como bebé; el segundo año debe vestirse de color rosa o azul y el tercer año debe vestirse de cualquier santo, representación o advocación de Jesucristo. Luego de estos tres años, la vestimenta depende de la necesidad o devoción de cada familia.

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