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El abogado Porfirio Ramírez Mendoza, se define como “orgullosamente poblano” y alguien que quiere “trascender y dejar huella” en Puebla, su país y con los migrantes a nivel internacional.

Porfirio Ramírez recordó durante la entrevista a PÁGINA NEGRA que “Un comunicador muy conocido en Puebla le dijo “Eres como el Rey Midas”, porque el Rey Midas lo que tocaba lo hacía oro. Cada que tocas un caso, lo ganas”. Desde ahí se me quedó “El Midas del Derecho”.

Quiero mucho mi estado, soy padre de familia, esposo, padre de un hijo de 8 años que se llama como yo Porfirio. Es lo que más amo en mi vida y mi razón de ser también para seguir en la línea que hasta ahorita he llevado personal y profesionalmente.

Un hombre con las manos limpias

El Doctor en Derecho se considera un hombre tranquilo y que duerme tranquilo, “que llega a su casa y carga a su hijo con sus manos limpias”.

¿Por qué lo refiero tanto? Porque esta es una carrera complicada, la que yo ejerzo, es una carrera cuestionada, es una carrera donde se presta a chistes de mal gusto, se presta a que mucha gente no quiera con un abogado porque siempre temen que van a ser engañados, entonces es por eso que son de las cosas o valores que cuido mucho, digo estamos en un sociedad donde es muy fácil denostar a alguien o desprestigiar en las redes sociales, pero bueno, al final como diría mi madre puedes engañar a mucha gente pero a Dios y a tu conciencia no.

Porfirio Ramírez Mendoza es egresado de la Escuela Libre de Derecho de Puebla donde cursó la licenciatura en Derecho y actualmente cuenta con 4 maestrías, de las cuales una la consiguió con mención honorífica y otra la concluyó con excelencia académica.

También cuenta con dos doctorados, uno terminado con excelencia académica y el otro con mención honorífica.

También tengo una especialidad en Derechos Humanos y el año pasado acabo de concluir mi postdoctorado en la Ciudad de México. Tengo la licenciatura, 4 maestrías, 2 doctorados, una especialidad y un post doctorado, es en cuanto mi vida académica, comentó en entrevista. 

También fui distinguido el día del abogado por el entonces Presidente de la República, Enrique Peña Nieto y muchos más que me han dado en México, nacionales e internacionales por la trayectoria profesional y académica que he llevado y hasta ahorita lo reitero y lo sigo diciendo, limpio.

Ramírez Mendoza tiene 19 años de abogado de despacho, una trayectoria, que le ha permitido pensar en apoyar a más gente a través de una fundación.

Así fundamos ‘Justicia para el que menos tiene’ y es subsidiada por todos mis compañeros y por mí; yo lo que puse fue el inmueble, un espacio decoroso con oficinas de muy buen nivel y casi 50 personas se sumaron; simplemente ayudamos y aportamos con asesoría gratuita a la gente que no tiene para pagar un abogado; si en el problema hay menores abusados, violados me dan un reporte de la fundación y ahí sí le entramos.

La aportación a la sociedad de Porfirio Ramírez Mendoza es buscar en la medida de lo posible un estado de derecho, porque es el eje rector de cualquier país.

¿Cómo lo buscas? Pues dando un servicio de calidad, comprometiéndote con tu cliente, con la causa, tú tienes que saber cómo abogado que ese asunto es el más importante para ellos, si no pierdes la esencia, yo pido todos los días por seguir siendo un hombre completamente humano.

El primer litigio de Porfirio Ramírez Mendoza

El abogado aún recuerda su primer litigio, el cual fue antes de terminar la carrera y representó a un taxista, un conocido de su papá.

Iba en cuarto año de la carrera, un compañero de mi papá se dedicaba al servicio del taxi y le llego una notificación en donde le daban 3 días para que desalojara su casa, el taxista en ese momento sabía que yo estudiaba derecho, buscó a mi papá y mi él me habló, me entregó el papel y me preguntó que si podía ayudar al señor Rymundo; entonces fue así como en ese momento por el ímpetu de hacer justicia, relató.

Tenía que hacer un amparo porque era un asunto ya juzgado y me tocó conocerlo ya avanzado el caso.

Le pregunté al papá de un amigo que era abogado que qué se podía hacer, como era un asunto ya terminado, solamente se podía promover un amparo; me fui a la biblioteca agarré un formulario y que hago un amparo; al final de la historia le regreso su casa al señor, una casa que ya tenía perdida donde hasta la fecha vive, una casa modesta, una casa de Infonavit, su patrimonio. 

Para Ramírez Mendoza esta fue una gran experiencia ya que logró que regresara el patrimonio de una familia. Desde entonces piensa que comenzó con el pie derecho. El caso siempre le ayuda a recordar mantener los pies en la tierra.

Cada que revivo ese recuerdo, me hace vibrar, me hace sentir lo que no debo de dejar de sentir, porque muchas veces te absorbe en la vida cotidiana, te puede absorber los halagos, la cuestión académica, la cuestión económica. Recordar me hace volver a sentir la alegría, son cosas que me marcaron en la vida, porque los valores nunca pasan de moda, así me educaron, así me formaron y hasta la fecha espero no perderlas.

Origen y destino

El abogado viene de un padre comerciante, de una familia sencilla “a la que nunca le faltó de comer”, como el mismo subraya:

Pero sí con mucho esfuerzo, me costó mucho poder sacar adelante mi carrera; mi mamá actualmente depende de mí, mi padre indirectamente también, tengo una esposa, tengo un hijo, muchas cosas circulan dentro de mi vida, creo que me siento un hombre sensible y le pido a Dios que me siga manteniendo así, porque el día que no lo sea no tendrá sentido la vida

Actualmente Ramírez Mendoza considera que está donde quiere estar y se siente “un hombre pleno” que cree en Dios.

Dios me ha dado más de lo que merezco, de entrada tengo un hijo precioso, tengo una familia, vivo tranquilo, camino tranquilo y no nada más en mi estado o en México, ahora que aperture una oficina en Nueva York.

Ese origen humilde le ha llevado a mantenerse cercano a quien lo necesita. Su labor es defender a su cliente, pero evita temas de alto impacto.

Aunque son muy bien pagadas, respeto a mis compañeros penalistas pero yo no me meto en eso; me meto en cuestiones defendibles que me dejen estar tranquilo.

 Actualmente el despacho de Porfirio Ramírez Mendoza tiene sus oficinas centrales en Puebla y representantes en Tlaxcala y en Ciudad de México pero va más allá.

Tenemos unas oficinas especializadas en medios de solución de controversias; ahí vamos buscando otros mercados mucho más grandes, acabamos de aperturar formalmente hace un mes nuestras oficinas en Nueva York. Lo que buscamos es resolver problemas que el inmigrante dejó en México con servicio personalizado en Nueva York y la respuesta ha sido extraordinaria; muy contento, tranquilo, lo principal es tratar de ayudar, creo que mi carrera es de mucha vocación, es de lo más hermoso que Dios me ha dado también.

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