Yo no sé tú mi querido lector, pero a mí esta guerra entre Nacho Mier y el gobernador Miguel Barbosa ya me está desesperando. Ni siquiera saben qué pasará mañana y ya se andan dando con todo por la candidatura de Morena a la gubernatura.
Dios, faltan dos años y se pelean como si ya mañana fueran las elecciones y ni siquiera saben quién llevará mano en la designación del candidato o candidata de Morena a la gubernatura. Lo que sí sé, es que el camino lo tiene más fácil el alcalde de Puebla, Eduardo Rivera. No hay más al interior del PRIANRD.
Es más, el alcalde ya va tan avanzado en sus posibles escenarios que hasta el senador Alejandro Armenta resulta un mito, claro, mi amigo legislador es un perfil más que competitivo, pero hasta yo me fui de boca al ver los escenarios de Lalo Rivera.
Yo creía que solo por el arrastre de Morena cualquiera que fuera el candidato ganaría, y no tanto por los perfiles sino por los partidos, pero Lalo Rivera me ha dado una gran sorpresa, pues si compite contra Armenta sí le anda dando un susto y gana.
Si hoy fueran las elecciones y compite contra alguien de Morena que no sea Armenta y sea un perfil estatal, arrasa, ya sea Nacho Mier, mi amigo Sergio Salomón, Olivia Salomón, etc., pues aunque Morena tenga bastante arraigo en la Sierra Norte y otras partes del estado, el PAN lidera las preferencias electorales en la capital y zona conurbada.
Pero si es un perfil de la esfera nacional, alguien que hasta el momento no figura en el estado, es decir, el as bajo la manga de López Obrador, pues ese perfil con toda la maquinaria tendrá muchos votos, además Nacho Mier y mi Góber, se verían en la necesidad de sumarse al proyecto.
Y aún así, cualquiera de esos perfiles se daría un tú por tú con Lalo Rivera. A diferencia del 2018, donde el escenario era más que predecible, en esta ocasión, hay muchos factores que juegan y que intervendrán, hay más incertidumbre que claridad.
Así que por eso, mejor todos nos deberíamos de relajar, para qué tanta disputa si al final, no sabemos ni qué pasará mañana, ni siquiera podemos imaginar con qué sorpresa saldrá López Obrador, pues aunque por ahí me dijeron que es muy predecible, yo creo que de pronto cambia sus planes por ganar. Todo dependerá de sus intereses.
Y ahí sí, todos van a tener que cuadrase.
dando clic en el periódico