Frida Guerrera

Posted inLa Columna Rota

Frida Guerrera

A modo de reflexión

Porque también es bueno compartir nuestros momentos de reflexión y pensamientos, darnos cuenta, como plumas, que en algunos momentos alguien nos lee. Es menester hacerlo. Y tal vez ese alguien esté necesitando estas palabras.

Debemos dejar de enfrascarnos en esos ataques que hoy se dan sobre todo en la hoguera en que se han convertido las redes sociales. Nuestra libertad y seguridad no debe verse tambaleante por personajes que sólo pretenden desacreditarnos, humillarnos y lastimarnos.

Este texto lo redacté en 2015 –obviamente, modifiqué algunos datos– cuando tenía un año de haber recobrado mi equilibrio emocional, cuando dejé de mantener personas a mi lado que nada tenían que hacer conmigo. Permití mucho dolor que no era necesario.

Pero también aprendí a tomar la parte de responsabilidad que tengo conmigo y el resto. No soy un ser superior a nadie, sólo soy un ser humano que ha aprendido de sus defectos y errores, y que compartirlo es liberador para continuar con las tareas que yo misma me he impuesto.

¡Ser libre!

La libertad es un derecho que no se debe negar a nadie. Tristemente, la mayoría de nosotras no sabemos ejercerlo porque en gran parte somos educadas y no sólo por la familia, si no por los medios de comunicación para ser muñecas de aparador, mujeres que gritamos “libertad” desde que existe el feminismo.

En la mayoría de las ocasiones, en una u otra cosa, nos convertimos en poses, personas sin convicción y que actuamos desde lo que nos establecen debemos hacer; si la moda es gritar que somos “feministas”, lo haremos; si la moda es correr para vernos como aquellas mujeres que llevan años en el gimnasio y que además se dedican todo el día a ejercitarse porque es su trabajo (tengo una hermana que lleva más de 30 años en eso y luce espectacular), lo hacemos; si la moda es vestir con ropa muy pegada mostrando aquello que la vida nos dio, lo hacemos; si la moda es ponernos tacones de 20 centímetros para vernos enormes, lo hacemos (sin pensar en las consecuencias que estos nos dejarían de por vida en nuestros cuerpos); si la moda es vestir (hippies), lo hacemos; si la moda es pelear contra los hombres, lo hacemos.

Sin embargo, en nuestras vidas privadas no somos coherentes muchas veces con nuestro comportamiento público. Luego entonces vienen las frustraciones, la incomodidad con la persona más importante de nuestras vidas, nosotras mismas.

Orgullosamente, ahora tengo más de 50 años, por muchos años de mi vida actúe conforme a las “modas” o conforme al “hombre” que se encontraba a mi lado o amistades. Finalmente, entendí cómo eran las cosas, me tardé, sí, pero al final puedo disfrutar, puedo ser aquella mujer auténtica que toma la vida de frente, aquella mujer genuina que busqué por años y que por obedecer a lineamientos no vivía la vida como debía ser. Como yo quería.

Entonces entendí que no merece mi amor quien me engaña, que no merece mi respeto quien me humilla, que debo gritar cuando alguien me lástima o abusa sexualmente; no merece mi lealtad quien da la vuelta y con la primera mujer que se le cruza me traiciona, que no merece mi cuerpo quien no ve más allá en mí que sexo.

Me da flojera quien se victimiza para ser amado o pretende manipular mis emociones o buenos sentimientos para generar lástima. No merece una lágrima quien jamás se ha detenido a secar las que he derramado. Me fastidié de amar a quien despreció mi amor, me cansé de ser la muñeca de aparador para llamar la atención de alguien, me fastidié de competir con las mujeres que me amenazaban por mi inseguridad, me acabé por ser el ejemplo para mi hija, ella sabe que la vida real tiene mil bemoles y que algunos de ellos implican que me equivoque, me incomode de dejar de ser yo para agradar a otros y que se queden a mi lado. Me cansé de seguir lineamientos de una sociedad podrida, de una sociedad que goza con mostrar mujeres “buenas” física, emocional, social y sexualmente.

Hoy encontré a quien sin dejar de ser la mujer que soy me ama, a quien ama mi esencia, a quién sabe mirar más allá de mi abdomen estriado por mi embarazo, a quien ama mi locura, a quién sabe confiar en mí, quien es tan leal a sí mismo que sabe decir NO cuando debe hacerlo sin miedo a perderme.

Encontré que las mejores amigas son pocas y pueden ser tu madre, tus hermanas y no por el lazo consanguíneo que nos une, si no por las vidas que hemos compartido, encontré a las mejores amigas que aman mi derecho a gritar a expresar mi sentir, encontré a aquella amiga que de frente y con todo lo intolerante que suelo ser me indica mis errores, encontré que durante años hemos creado aquelarres y que nos hemos amado y las almas que somos siempre las protegeremos porque nos amamos.

Encontré que quien desee permanecer a mi lado lo hará sin que yo deje de ser quien soy. Y sobre todo encontré frente al espejo al mejor ser humano con quien debo contar. YO MISMA.

Hoy soy yo sin miedo, si te quedas a mi lado, aceptando quién soy: mis huaraches, mi falta de diplomacia, mi incorrección total de tacto para decir las cosas, sin lastimar a nadie… ¡Bienvenido! Si decides irte, sólo debo agradecerte por ser uno de los aprendizajes que mi vida necesitaba para trascender al siguiente nivel de conciencia que preciso.

Hoy soy libre, de toda atadura, de todo aquello que no es mío y que debo dejar fluir. Como la máxima bruja, amiga, mi madre, lo dice:

Deja de pelear contra la corriente, suelta la rama que te impide dejar que el río te lleve a donde debes estar”.

A siete años de este escrito y después de escribir decenas de historias de mujeres, niños y niñas asesinadas en México, entendí que mi pluma, mi sentir y sus vidas, las he redactado para que, usted lector, las abrace y aprenda a respetar el dolor de todas estas familias. Siendo a ellas a quienes me debo, acompañando a las “Voces de la Ausencia” con el corazón en la mano, con mis recursos y sin esperar agradecimientos de ellas. Pero tampoco permitiendo que en nombre de su dolor me lastimen quienes se han ido.

Entendí que luchar con convicción, respeto y amor por la causa que sea te genera enemigos y que el tema del feminicidio, también “enemigas”.

Aprendí que las luchas deben de ser una sola porque el objetivo es el mismo, sin embargo, hay muchos seres mezquinos provocando divisiones porque así obedece a sus intereses.

Hoy bendigo a todas aquellas personas que me han atacado, a aquellas a quienes después de haberles dado lo poco o mucho que tengo, después de haber escrito las historias de vida de sus mujeres (en mi columna y con sus permisos), han mentido para humillarme.

Comprendí una vez más que no todos son como yo y debo permitir ser lastimada por ellas, ni por nadie. Que entiendo su dolor como siempre lo he hecho, pero que ni eso debe ser pretexto para aprobar que me lastimen o me difamen. Que aquellas personas que sin conocerme han formado criterios falsos sobre nuestra labor no vale la pena darles mi atención.

Porque solo las buenas personas detienen los rumores o chismes. Afortunadamente, son más las Voces que se han quedado, que confían en nosotros y que saben que damos todo para seguir buscando justicia.

Es momento de reafirmar que la única persona con la que debes estar bien, cómoda y coherente es contigo misma. Integridad le llaman. Hoy es un buen día para empezar.

Agosto, 2022.

¿Eres madre, padre, hermana, hermano, hija, hijo de una mujer víctima de feminicidio, desaparición o intento de feminicidio? Búscame, ayúdame a visualizarlas y contar su historia. “Voces de la Ausencia”.

P.D. Cada uno de los textos expuestos en este espacio son con autorización y acompañamiento de las víctimas. Porque sólo somos la extensión de su grito de justicia.

@FridaGuerrera
@vocesDLAusencia

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Frida Guerrera

Frida Guerrera

Frida Guerrera es una de las periodistas más reconocidas en cuanto a seguimiento de feminicidios a nivel nacional. Ha relatado casos, acompañado a familias e incluso ella misma ha apoyado a la detención...