La sexóloga y psicóloga Andi Martín denunció que existe un grupo en Telegram, en Puebla, bajo el nombre de Pelle T3.

Un grupo con más de 300 miembros que se dedica a captar y distribuir fotografías intimas de mujeres, sin consentimiento.

El discurso de su creador, un hombre resentido que opera bajo el seudónimo Roku Bungi, es la “venganza”. Él promueve entre sus usuarios que, si quieres vengarte de tu ex, subas sus fotos desnuda en el grupo.

Asegura que tiene videos y fotos de más de 150 mujeres en Puebla y sus identidades. Ese es el requisito para entrar al Grupo VIP de Telegram, debes enviar tres fotos de mujeres desnudas a quienes se les vea le rostro.

No solo son las fotografías, las chicas deben estar plenamente identificadas por lo que también deben enviar sus redes sociales.

Activistas y políticas en Puebla se han sumado a la exigencia de que este grupo sea investigado, entre ellas: Olimpia Coral, Marisol Calva, Mónica Silva y Nora Merino Escamilla.

Además, en el grupo también se promete material de adolescentes de secundaria y preparatoria, es decir, de menores de edad. Eso llama pornografía infantil y también es un delito.

Compartir fotografías íntimas de una persona sin su consentimiento también es un delito que fue regulado desde el 2018, gracias a la Ley Olimpia.

Por si no están enterados, se castiga con hasta 6 años de cárcel y una multa de hasta 179 mil 240 pesos.

No es un juego.

Los hombres que están en este grupo, los cientos de poblanos que para ingresar enviaron las fotografías de mujeres, cometieron un delito y deben ser castigados.

La Fiscalía General del Estado (FGE) conoce a identidad del creador del grupo, sobre quien ya pesa una denuncia.

Es un hombre que no pudo superar el rompimiento con una mujer y comenzó a difundir sus fotos donde aparecía desnuda, para vengarse.

No daré más datos porque la secrecía de la investigación y su víctima podrían estar en peligro.

Hasta ahora no hay datos oficiales de que las fotografías sean comercializadas, que los administradores del grupo obtengan un beneficio económico por ellas, pero no podemos ser tan ingenuas para pensar que ese material se queda ahí.

Existen en la web sitios de pornografía que pagan por subir este tipo de imágenes, hay también otras redes sociales en las que cobran a los usuarios por las fotos.

Esto es mucho más que un mero intercambio de imágenes.

Es tráfico sexual en el ciberespacio.