El desfalco que cometió Guillermo Aréchiga al gobierno de Puebla es, seguramente, el mayor de los últimos tiempos. Un desfalco histórico que, además, por primera ves de detectó, denunció y se detuvo al funcionario en el mismo periodo de la administración.

Eso nunca había sucedido.

CENTRAL publica este lunes la respuesta a una solicitud de información que ha sido de lo más reveladora.

La Secretaría de Movilidad y Transporte nos informó que Aréchiga únicamente logró que se instalaran cámaras de vigilancia en 595 unidades del transporte público y no 6 mil.

Aréchiga mintió, porque en su última comparecencia ante el Congreso de Puebla dijo que ya habían colocado 6 mil.

Además, recuerden que de es como si no se hubiera instalado nada porque las cámaras instaladas no están conectadas al C5, no cumplen con su propósito de vigilar y alertar en tiempo real. Si se comete algún delito.

El problema es aún mayor, pues el sigilo de las investigaciones impide a la SMT continuar con el programa, porque está sujeto a investigación.

Uno de los programas estrellas del gobernador, Miguel Barbosa, parado por un funcionario que resultó más que hampón.

Las infancias trans

El pasado 30 de marzo, sin que los demás diputados lo notaran, la legisladora del PT, Mónica Silva metió de último momento una reforma a favor de las infancias trans.

Pasó desapercibida porque entró en Asuntos Generales y porque el planteamiento fue una simple reforma al Código Civil.

Nadie más se dio cuenta, porque tampoco nuestros diputados se ponen a leer las iniciativas que les mandan junto con la orden del día de cada sesión.

Esta propuesta obedece al fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), que apenas el pasado 3 de marzo declaró como inconstitucional que a las infancias y adolescencias trans se les impida cambiar su identidad de género.

Hasta ahora solo se les permite a quienes son mayores de edad, gracias a la Ley Agnes que fue aprobada apenas en junio del 2021.

Mónica Silva plantea una reforma al artículo 975 bis, del Código Civil, para que quede establecido que el reconocimiento de una nueva identidad “estará basado en el consentimiento libre e informado de la persona peticionaria”.

Ahora, no quiero ser pesimista, pero es una reforma que costará mucho trabajo aprobar.

Esto por el conservadurismo que pesa sobre muchos diputados, no solo de Acción Nacional —un partido de derecha—, sino también de Morena y hasta del PRI.