Entramos a la última semana de campaña por la presidencia de los Estados Unidos. La competencia se cerró como nunca en la historia de la democracia norteamericana, al menos desde que las encuestas son un instrumento confiable para medir preferencias electorales.
Veamos lo que ha ocurrido desde que el presidente Joe Biden renunció a la candidatura demócrata el 21 de julio del 2024. En ese momento la ventaja de Trump era de 3 puntos porcentuales en el voto popular (preferencia a nivel nacional) de acuerdo con la “encuesta de encuestas” que se publica el sitio www.realclearpolitics.com
Alrededor del 5 de agosto la nueva candidata demócrata, la vicepresidenta Kamala Harris, rebasó a Donald Trump y se mantuvo por encima del republicano hasta el pasado 26 de octubre, fecha en la cual Trump volvió a tomar ventaja en el indicador de preferencias electorales a nivel nacional.
El 5 de octubre fue el mejor momento de Harris cuando logró una ventaja de 2.1 puntos sobre Trump. A partir de esa fecha y en solo 3 semanas, el republicano ha recuperado 2.3 puntos y se perfila como el más probable ganador de las elecciones, con base en la nueva tendencia que muestran las encuestas nacionales (ver gráfica).
Ya hemos comentado que las reglas electorales de los Estados Unidos son distintas a las mexicanas. Allá el presidente es electo de manera indirecta por un Colegio Electoral, el cual se elige en cada estado de la Unión Americana. Es decir, cada estado aporta una cantidad de delegados a ese Colegio Electoral, los cuales serán del partido ganador en la elección presidencial. Si Donald Trump gana en Texas, los 40 delegados de ese estado que irán al Colegio Electoral serán del Partido Republicano. Si Kamala Harris gana en California, los 54 delegados serán del Partido Demócrata. No importa si la diferencia electoral es de 1 punto, de 5 o de 10, el partido ganador se lleva todos los delegados.
Los expertos dicen que son 7 estados los que están en disputa y habrán de definir al candidato ganador. La serie de encuestas publicadas en realclearpolitics.com también muestran que en este momento Trump ganaría en esos estados.
La tendencia de las preferencias electorales en los estados “bisagra” también ha sido cambiante. A finales de julio Trump ganaba en los 7, pero en septiembre Harris llevaba ventaja en Georgia, Michigan, Nevada y Wisconsin, estaban empatados en Pensilvania, y Trump solo ganaba en Arizona y Carolina del Norte. Es decir, la vicepresidenta había logrado revertir las preferencias y se perfilaba como ganadora de la mayoría de los delegados al Colegio Electoral.
En este momento la fotografía en los 7 estados es favorable para Trump aunque todos están en rango de empate técnico. Esto significa que la ventaja se encuentra dentro del intervalo de error estadístico asociado a las diferentes muestras. Solo en Georgia (2.3) y Arizona (1.5) Trump gana por una ventaja mayor a un punto porcentual, lo cual indica que, desde el punto de vista de las encuestas, Harris podría triunfar en cualquiera de los estados “bisagra”, debido a que las diferencias son muy estrechas.
Lo importante para efectos del análisis electoral es el cambio de tendencias. Los puntos que ha ganado el republicano se los ha quitado a la demócrata en el mejor momento; al final de la campaña.
Aún pueden cambiar las tendencias, sin embargo, la probabilidad está del lado republicano, quien ha cerrado la carrera con mensajes altamente efectivos que lograron persuadir a algunos millones de norteamericanos.
Ya les comentaré cómo se viven estas elecciones en Washington y cuales son las motivaciones de las diferentes audiencias para votar por uno u otro candidato. Síganme en mis redes.
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