Más allá de un lema gracioso con el que la mayoría de los mexicanos relacionaba el “abrazos y no balazos” hoy se ha convertido en la bandera de un fracaso en las acciones del gobierno en materia de seguridad.
La lectura de esta frase indudablemente traía de fondo una política de paz, recuerdo del anterior sexenio, una de las críticas más graves que se tuvieron se relacionaban con los resultados de la guerra contra el narcotráfico que tuvo como consecuencia una enorme ola de violencia a lo largo del país.
“Abrazos y no Balazos” pienso era una buena idea que desde un inicio muchos malinterpretamos con una aparente amnistía y tolerancia hacia los delincuentes. La respuesta lógica del presidente, por ser el promotor de esta filosofía, era la de demostrar mediante un programa o una política lo que en realidad representaba esta idea y cómo se materializaría en acciones para conducir hacia la paz a este país. Esto simplemente no sucedió.
En muchas ocasiones he citado que una zona de comodidad para Andres Manuel López Obrador es la desinformación y lo que se puede generar con ella, por supuesto que la polémica de la frase “Abrazos y no Balazos” tuvo tantas versiones por todas partes y en todos los medios que todos hablábamos de ese tema y a la vez nadie decía nada. En esencia yo me quede en que era una iniciativa en busca de construir condiciones para la paz, al menos ese era el mensaje de invitación de parte de la presidencia no sólo a los mexicanos sino a los grupos del crimen organizado.
El crecimiento de la violencia en nuestro país es atípica, destacando además que hoy tenemos más muertes documentadas que en el sexenio anterior, la manera en la que se dan estos actos de violencia por parte de grupos criminales no deben ser vistos como simples asesinatos, claramente es un mensaje, la pregunta es ¿para quién?, ¿qué es en realidad lo que se está tratando de dar a entender y quién es el que sigue sin entenderlo?
Tanto gobierno como delincuentes nos usan a los medios para ser el canal para dirigir estos mensajes, AMLO por su parte hizo el llamado a la paz el cual no tuvo mucha respuesta, hoy la delincuencia insiste con eventos cada vez más agresivos porque al parecer no está teniendo la respuesta que quiere al mensaje que está tratando de dar ¿a quién o quiénes está dirigiendo este mensaje y qué es lo que busca con ello?
Lo que tendríamos que evaluar es ¿quién ha sido más efectivo en los hechos que ha creado para dar este discurso y lograr triunfar en el mensaje? Un gobierno que sólo se ha quedado en un lema sin respaldo de una estrategia o los criminales que con hechos han demostrado claramente lo que está buscando decir en su mensaje aunque éste, siga sin tener el resultado que ellos están buscando.
Un llamado a la consciencia
Esta semana fuimos testigos del desabasto de energía eléctrica en Yucatán y la falta de agua en Monterrey, dos eventos que se suman a los muchos que existen en el país y que no se mencionan en las noticias porque en muchas regiones se ha normalizado, sin que sea justificado, el desabasto de recursos. Podríamos citar la responsabilidad de las autoridades con respecto a este tema pero no me gustaría caer en esta ocasión en una crítica por la falta de planeación para el abastecimiento sino más bien, enviar un mensaje a los ciudadanos sobre el cuidado que damos a estos recursos.
¿En cuántas ocasiones hemos sido testigos del desperdicio del agua?, ¿en cuántas ocasiones hemos visto también las luces encendidas sin que nadie las ocupe ¡en pleno día! ¡en oficinas y casas! al final todos estos son recursos que provienen de la naturaleza y ¡son finitos!
Estas crisis que observamos esta semana en medios, porque insisto el país está lleno de estas historias por todas partes, debemos observarla como una pequeña muestra del colapso social que conlleva la insuficiencia de energía eléctrica o el desabasto de agua, peso sumemos además calentamiento global, erosión, contaminación del agua, tan sólo esta semana se hizo evidente en medios la punta del iceberg de la crisis que vivimos y la que podremos vivir con más gravedad en el futuro.
Sí es verdad, el gobierno debe mejorar sus estrategias sobre abastecimientos, pero reflexionemos como sociedad ¿qué es lo que podemos hacer para ayudar?, la respuesta es simple ¡seamos responsables con el consumo de estos recursos!
¡No, no es normal!
Tengamos mucho cuidado de normalizar las infecciones por COVID – 19, la creciente ola de esta enfermedad en nuestro país se acompaña de la ligereza con la que este tema se toma en la actualidad, ¡cuidado de normalizar los contagios!, el hecho de que sea menos mortal no significa que la veamos como “una gripita que es más fuerte pero que en unos días se nos pasará” como muchos llegan a pensar.
Hoy se registran cada vez más casos por reinfección, es decir, personas que han tenido la enfermedad en varias ocasiones, hasta ahora es muy poco tiempo para saber cuáles serán las secuelas que los infectados tendrán en el futuro y es más preocupante pensar en los que han tenido la enfermedad en más de una ocasión.
Afortunadamente la jornada para niños comenzará pronto y será necesario que la continuación de las campañas de vacunación para la población en general continúen. Recordemos que esta nueva ola se caracteriza por infectar tanto a vacunados y no vacunados, la vacuna no produce inmunidad, tan sólo le da información a nuestro cuerpo para combatir al virus de una mejor manera y que su contención se refleja como una “gripa” pero no debemos bajar la guardia. Espero en breve las autoridades logren con éxito vacunar a los niños pero que también en poco tiempo inicien con una nueva jornada de vacunación a la población en general y prepararnos para la llegada del otoño en donde las enfermedades respiratorias aumentan para que también nos preparemos para dichas vacunas porque la vacunación para COVID – 19 dejó a un lado el tema de la escasez de vacunas para influenza que se registraron en muchos puntos del país y que fue un tema del que casi no se habló.
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