En la carrera por relevar al presidente López Obrador hay algunas escenas que desbordan incongruencia.
Es irónico que mientras el estado de Zacatecas se incendia en hechos de violencia e ingobernabilidad, su “hijo pródigo” Ricardo Monreal Ávila recorre el país ondeando la bandera de la “justicia”.
Zacatecas tiene una de las peores fiscalías del país y de los más cuestionados tribunales. Empero nada de esto ve el Senador con licencia quien recorre los estados abogando por supuestas “causas justas”.
En días pasados Monreal llegó a Tehuacán donde aseguró que el exedil Felipe Patjane y “otros cientos” de reos son “presos políticos”.
En primer término, se debe subrayar la soledad del alegato. Ricardo es el único que considera a Patjane un “preso político”.
El exalcalde trabajó al lado de diez regidores y una Síndico municipal que de ninguna forma comparten su punto de vista. Al contrario, en su momento fueron los ediles quienes solicitaron al Congreso del Estado que se iniciara formal procedimiento.
Quienes vieron el nivel del latrocinio pidieron un alto y presentaron pruebas de las facturas por montos millonarios extendidas por conceptos como “timbrado”, “asesorías” y pagos a empresas fantasma.
En segundo lugar, no deja de sorprender el repentino giro en el discurso de Ricardo.
De unas semanas a la fecha habla de “presos políticos” en Puebla, pero mientras vivía el gobernador Barbosa el zacatecano nunca dijo una palabra. Jamás abordó el punto.
Al contrario, en sus esporádicas visitas elogiaba la labor del mandatario.
Eso sí, cada vez que podía enviaba a su suplente Alejandro Rojas Díaz Durán para atacar a Barbosa.
Esto en nada sorprende a quienes conocen a Monreal. El doble discurso, sus alegatos ambivalentes y el juego de simulaciones son de sobra conocidos.
Aunque tiene un doctorado en Derecho sus correligionarios lo acusan de actuar muy chueco.
Hace meses hizo incendiarias declaraciones a ‘Reforma’ y ‘Proceso’ donde se victimizó por la zanja que trazó el presidente de la República.
En la cúpula de Morena aseguran que en 2021 Ricardo operó en contra de sus candidatos en la Ciudad de México. Aunque públicamente lo negó, las evidencias fueron abrumadoras y aún hoy quedan huellas.
Hace unas semanas cuando Monreal arrancó su gira nacional lo hizo en la alcaldía Cuauhtémoc, territorio de Sandra Cuevas, principal detractora de Claudia Sheinbaum.
La impetuosa alcaldesa siempre afecta a arremeter contra Morena no mencionó palabra sobre el banderazo de Ricardo en su zona.
Por otra parte no deja de llamar la atención el enfoque sesgado y tendencioso del discurso monrealista.
Hace unas semanas fue hasta el penal de Tepexi de Rodríguez para abogar por Felipe Patjane, pero no habló una palabra con Arturo Rueda Sánchez de la Vega.
Esto se debe a que Ricardo ve la realidad poblana a través de los intereses de su pequeño saltamontes, el Senador Alejandro Armenta y nunca va a levantar la voz por alguien que no pertenece a su círculo.
Si Rueda fuera armentista ya estarían haciendo un escándalo nacional, pero como es harina de otro costal ni siquiera lo mencionan.
En Cúpula lo hemos señalado puntualmente.
Lo que buscan es abrir brecha para liberar a Eukid Castañón Herrera, sumarlo como comandante de las tropas armentistas y proporcionarle las herramientas para ejecutar una venganza.
Estamos ante una nueva versión de aquella inyección de miel.
A Ricardo no le interesan las causas justas sino hacer un “reality show” que levante su anémica campaña.
Es reconfortante saber que Monreal nunca llegará a la presidencia de la República porque podría nombrar a Patjane como nuevo titular de Segalmex.
Como siempre quedo a sus órdenes.
Tw @CupulaPuebla
cupula99@yahoo.com
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