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El proyecto EMIDSS-3, desarrollado por académicos y estudiantes del IPN, la UNAM y el ITESO, ya está en la NASA listo para iniciar su viaje suborbital el 16 de agosto.

No son pocas las ocasiones en las que la investigación aeroespacial ha resultado en el desarrollo de tecnologías que facilitan la vida en la Tierra. Por ejemplo, el Sistema de Posicionamiento Global, mejor conocido por sus siglas en inglés como GPS, que se usa de forma cotidiana, así como la tecnología para los sistemas de purificación de aire, una amplia gama de medicinas, pegamentos y aislantes, y también aportaciones más sencillas (pero no por ello menos importantes) como los sartenes de teflón o los zapatos con cinta velcro. 

Todos estos desarrollos comenzaron con ideas que fueron materializándose y perfeccionándose gracias a la colaboración de equipos multidisciplinarios. Es el caso de la misión FY22-FTS, de la que forma parte el EMIDSS-3 (Experimental Module for Iterative Design of Satellite Subsystems, versión 3) y en el que trabajan en conjunto estudiantes e investigadores del ITESO, el Instituto Politécnico Nacional (IPN) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). 

Luis Rizo Domínguez, coordinador de la Especialidad en Sistemas Embebidos del ITESO, es quien estuvo a cargo de la participación de esta casa de estudios en el proyecto. Explica que el módulo suborbital ya está listo en la sede de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés), en vísperas de iniciar su viaje suborbital el 16 de agosto. 

Este proyecto es preludio de uno más grande que buscará desarrollar tecnología satelital de percepción remota que pueda facilitar y mejorar la detección y monitoreo de incendios en el bosque La Primavera, entre otros objetivos. “La idea es tener estaciones en el corazón de La Primavera, en zonas donde ahora no hay sistemas de comunicación”, comenta el académico. 

La misión forma parte del Programa de Globos Aerostáticos Científicos de la NASA

Colaboración interinstitucional 

Al equipo del IPN le correspondió desarrollar el diseño electrónico, la parte mecánica y hacer el ensamble del dispositivo; la UNAM colaboró con pruebas de vibración y termovacío, entre otras tareas, y académicos del Departamento de Electrónica, Sistemas e Informática (DESI) y del Departamento de Procesos Tecnológicos e Industriales (DPTI), así como estudiantes de la especialidad en Sistemas Embebidos y de la Ingeniería Electrónica del ITESO, trabajaron en el desarrollo de la computadora de vuelo, la cual consta de dos PCB (placa de circuito impreso) y un software especializado.  

“Con el software vamos a poder recuperar información atmosférica, de aceleración, de temperatura y estatus de todos los sensores. Eso nos va a servir para diseñar nuevas tarjetas”, precisa Rizo Domínguez.  

Tras el ensamble de todas las piezas, el instrumento fue traído al ITESO en junio pasado por Mario Alberto Mendoza Bárcenas, investigador del Centro de Desarrollo Aeroespacial (CDA) del IPN y coordinador general del proyecto, y Rafael Prieto Meléndez, académico del Instituto de Ciencias Aplicadas y Tecnología (ICAT) de la UNAM, coordinador del grupo de modelado y simulación de procesos.  

“Aquí actualizamos el software, se empacó el módulo suborbital y los últimos días de julio se llevó a Texas, para luego enviarse a Nuevo México. Ya ahorita está en la NASA y está programado para subir el 16 de agosto si las condiciones meteorológicas lo permiten”, señala Luis Rizo.   

Junto con otros proyectos de la misión FY22-FTS, el EMIDSS-3 estará en órbita durante cinco horas, tras lo cual la carga será recuperada y traída de vuelta para descargar los datos. Se espera que para septiembre ya esté liberado. 

La colaboración entre el IPN, la UNAM y el ITESO continuará para trabajar en más proyectos derivados del EMIDSS-3, con opción a invitar a otras organizaciones.  

“En el siguiente experimento se pretende reducir el tamaño de la tarjeta, preservando y haciendo más eficientes sus funciones. Estamos en pláticas con la empresa NXP, que nos va a facilitar cierta tecnología aeroespacial para lograr estos objetivos”, apuntó el investigador. 

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