El pleitazo del IPJ y las dimensiones que puede alcanzar
Sí amigos. Acompáñenme a leer esta triste historia. Les recomiendo que saquen sus palomitas y vaso de refresco porque está para chúparse los dedos.
En el Instituto Poblano de la Juventud (IPJ) hay una batalla campal, están a punto de desgarrarse los calcetines, arañarse el saco y todo por el poder de la tan olvidada dependencia.
Pero los que están protagonizando este pleitazo y que no tardan en llegar a los golpes, no son cualquier persona y precisamente por eso, puede alcanzar otras dimensiones o ya las alcanzó.
En una esquina está Marco Huerta, el sobrino del secretario de Gobernación, Julio Huerta. Este muchacho ya se hacía disfrutando de la Dirección del IPJ. Todo apuntaba a que era él, a qué sería él porque como andaba diciendo “su tío es el que manda”.
Pero bendito Dios, los Huerta fueron frenados por el gobernador Sergio Salomón y nombró a uno de los suyos, uno de los más leales y que siempre ha estado con él. Se trata de Alfredo Parada quien fue su secretario Particular.
¿Ahora entienden por qué no se trata de cualquier pleito?
Y el caso es que al interior del IPJ hay una batalla por el poder de la dependencia. Marco creyó que le sería fácil hacerle la vida imposible a Alfredo, pero mi amiguito ya le demostró que es de armas tomar, por lo que no se está dejando.
Tan no se está dejando que operó muy bien para cancelarle un evento Marco Huerta. Y aquí es cuando insisto en que esto cobrará otras dimensiones.
Resulta que Marco se quiso ir por la libre para organizar un evento con más de 3 mil jóvenes. El nombre de este encuentro era “Hola Juventudes”, programado para el 15 de febrero en el Complejo Cultural Universitario.
Lo curioso es que en el flayer se resaltaba en grande, muy grande la “J” de juventudes y en más pequeña la “H” de hola. Curiosamente se leen JH haciendo alusión a Julio Huerta.
De última hora se canceló el evento y aquí viene lo bueno, porque alguien se enteró, alguien con mucho poder, más del que creía tener Julio Huerta dio la orden de cancelarlo y tan, tan.
No se llevó a cabo.