Estaba navegando en Tik Tok, la nueva red social de los chavos que muchos todavía no logramos entender, y entre las decenas de videos que encontré esa noche, apareció un “unboxing” muy peculiar: una joven de Arkansas, Estados Unidos, saca de la caja una bolsa con dos lindos ajolotes dentro, mientras explicaba el proceso que le tomó transferirlos a una pecera y hasta bautizarlos bajo los nombres “Cheese” y “Sock”.
Sin embargo, mi corazonada mexicana, preocupada por el bienestar de los animales, se activó y comencé a pensar en los miles de escenarios a los que habría sido expuesta esta tierna pareja, pues mientras en México se realizan esfuerzos para la conservación de la especie, así como para mejorar sus condiciones de vida y hábitat, e incluso está protegido por la NOM-059-SEMARNAT-2010, en otros lugares del mundo es la mascota del momento, o al menos eso pensé.
Sin embargo, tener un ajolote como mascota no es una práctica condenable en el extranjero o a nivel local, en nuestro país, siempre y cuando se garantice la dignidad del animal y no se violen los estatutos establecidos por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente.
Pero regresando al tema de las redes sociales, encontré que los hashtags #axolotl y #ajolote son bastante populares y diariamente miles de usuarios postean y comparten contenido en la plataforma sobre cómo es tener un ajolote de mascota.
La venta del ajolote en el extranjero
Así es, nuestra querida especie endémica mexicana que se caracteriza por miles de cosas, entre ellas la maravillosa habilidad de regenerar algunas partes de su cuerpo por sí solo, es todo un hit a nivel mundial. Su tierna y carismática personalidad ha cautivado a los habitantes de países como Estados Unidos, Europa y Asia, cuyas historias se proyectan a través de las redes.
Los dueños documentan de manera periódica todos los sucesos del día a día de un ajolote; desde el proceso de adquisición por parte de un criadero, pasando por su dieta alimenticia, hasta los nombres y datos curiosos que lo convierten en una criatura tan especial, rara y divertida.
Y, al parecer, su comercialización en el extranjero es más común de lo que pensamos. La tienda “Aqualotls”, en Estados Unidos, vende especímenes de diferentes tamaños que van desde los 150 hasta los 540 dólares, dependiendo de la cantidad. En Londres, Inglaterra, la tienda Angelfish Aquatics cuenta con las variedades “green”, “leucistic” y “golden” que están a la venta por 29.99 y 39.99 libras esterlinas.
De la mitología Mesoamericana a las novelas de Julio Cortázar
Pero para Ariel Carbajal Gamiño, socio fundador del Museo Mexicano del Axolote, con sede en Chignahuapan, Puebla, no le parece nada extraño este fenómeno mediático en torno al “Ambystoma mexicanum” y todas las variedades que derivan de este anfibio.
De acuerdo con el experto, la romantización del ajolote es innegable gracias a referencias culturales, expresadas por los representantes más importantes de las artes y otras disciplinas, como Julio Cortázar, Salvador Elizondo, Octavio Paz y muchos otros que lograron transmitir al mundo la especie descrita por algunos como “surreal” en “el país de lo surreal”.
El ‘boom’ actual de este tierno amigo pudo haberse dado desde 2014, un suceso al que Ariel ha llamado “el fenómeno mexicano del siglo XXI”.
La industria del entretenimiento ha expuesto comercialmente al axolotl; su aparición en la serie de Netflix “Bojack Horseman” o como personaje en el universo de los videojuegos de Minecraft e incluso como “Lupita”, la mascota creada por la embajada de Japón en México para apoyar la conservación de Xochimilco en 2015, son algunos ejemplos de lo mucho que ha influido en otras culturas y el mundo contemporáneo.
Sin embargo, la viralización en torno a la tenencia responsable de este “monstruo de agua” (significado en náhuatl) puede llegar a ser contraproducente y verse desde dos perspectivas, poniendo el ejemplo de algunos casos del entorno animal que se hicieron famosos gracias a su promocionados por parte de la industria cinematográfica.
Claro que es bueno que se viralice lo maravilloso que es el ajolote, pero existen dos maneras de hacerlo: una buena y otra mala. La buena sería generar conciencia social para crear una red de apoyo entre sociedad civil, instituciones y gobiernos en pro de la conservación de este animal, como lo que hacemos en el Museo Mexicano del Axolote”.
La mala podría llegar a ser la explotación exagerada de la especie, que puede provocar problemas serios para los animales y el medio ambiente; ya lo vimos con la fama que ganó el pez payaso de la película ‘Buscando a Nemo’, todos los niños querían uno y qué pasaba, el pez se comercializó como pan caliente sin tener conciencia de sus cuidados. Historias como el delfín ‘Flipper’ o la ballena ‘Willy’ también son un ejemplo de ello”, dijo.
Para Carbajal, el ajolote llegó para quedarse y debe convertirse en la imagen más representativa de México a nivel global, ya que la apropiación cultural del mismo está arrasando en países como Corea del Norte y Sur, Japón y China, un fenómeno muy especial, ya que no es común ver a estas naciones competir entre sí por la misma causa, o en este caso, por un animal como el ajolote.
Este 2021 pinta bien para el Ambystoma y promete muchas sorpresas en Tik Tok, donde los videos seguirán llenándose de millones de vistas para conocer la experiencia cercana de todos aquellos que tienen un ajolote bajo su cuidado.
En opinión de nuestro experto poblano, el uso responsable y sostenible de cualquier recurso natural puede ser discutido desde la ética, la moral y muchos otros puntos de vista. Sin embargo, siempre se puede encontrar el equilibrio para reproducir y poseer una especie tan frágil y en peligro como el ajolote.
Creo que el uso responsable y sostenible de cualquier recurso natural se puede discutir desde una parte ética o moral, pero hay algo que debemos tener muy claro: si no es una actividad sostenible o si está generando problemas ambientales o la especie, entonces no sirve. Si estás alterando un ecosistema de manera directa o indirecta, estás contribuyendo a la destrucción y extinción de ese animal. Siempre es bueno saber de dónde proviene nuestra mascota y la historia detrás de los criaderos en donde nacen los ajolotes, es bueno si esto ayuda a generar redes que beneficien a su conservación”, mencionó Ariel Carbajal.