En un rincón mágico de la Sierra Norte de Puebla, en donde la comunidad Otomí (Hñahuñu) de San Pablito, Pahuatlán, nace una tradición mesoamericana “El Papel Amate”, en el noreste del estado, justo en las faldas del cerro del Brujo —que en Otomí se llama “mbitho”, y que significa a los pies del cerro— teniendo como símbolo de San Pablito al águila con dos cabezas, el único protector del pueblo y de otros dioses que están dentro de una cueva en el cerro del Brujo, al que nadie puede entrar sin permiso ya que es un lugar sagrado.
Platicando con Virginia Santos Cantera, artesana de San Pablito Pahuatlán, quien heredó esta tradición de su abuela María Cantera Omitlán, nos comparte la enseñanza de la elaboración del papel amate, ancestralmente en el pueblo solo lo utilizaba en el arte curandero y brujo de los Otomís, en pequeños cuadritos con fines curativos y de rituales.
A través del tiempo fue cambiando e iniciaron a elaborar lienzos de papel amate, en donde se refleja la sensibilidad del arte mexicano plasmando representaciones graficas de la comunidad como agua, tierra, viento, sol y luna.
Virginia, con la magia de sus manos, ha creado desde lo más simple a lo más complejo. Nos platica el proceso de fabricación del papel amate, del árbol llamado Jonote, donde extraen la corteza que la limpian perfectamente, la ponen a secar y posteriormente en un cazo ponen a hervir agua y ceniza, esta última debe estar perfectamente colada y limpia.
Se agrega la corteza del jonote después de hervir, ya que esté cocida se deja enfriar y se procede a limpiar con agua dando como resultado fibras suaves en su tono natural ( café obscuro con tendencia a negro ) si se quiere un color blanco se le agrega cloro.
En la actualidad, si se quieren conseguir diversos tonos se le agregan polvos de colores hasta obtener el tono deseado, se extiende en una tabla especial donde será machacada a mano con piedras aplanadas. En este proceso se llevan varios días de trabajo para la preparación de la corteza, el machacado y el secado del papel al sol.
Esta elaboración del papel amate era utilizada únicamente en ceremonias de curaciones y actividades que hacían los chamanes; por otra parte, se recortaba en forma de dioses para la ofrenda y ceremonia propiciatorias agrícolas como la representación de “Espíritus de Semillas”, utilizados en los rituales de fertilidad para la buena cosecha.
En las últimas décadas comenzaron a experimentar la elaboración de una variedad de diseños y técnicas para lograr artesanías propias y darle un valor de innovación al papel.
En este sentido, han diversificado la producción de diversas texturas y figuras que actualmente podemos ver en la elaboración de pantallas de lámparas, porta retratos y cuadros.
Virginia nos comenta que, en su comunidad, han tenido la necesidad de diversificar sus actividades por varios factores, y nos menciona que en San Pablito también se dedican a la elaboración del bordado de chaquira, realizándolo en textiles y bisutería como aretes, pulseras, collares, anillos y una gran variedad de diseños.
Por esa tradición milenaria de conservar el arte y llevarla a los hogares debemos apoyar a los artesanos y consumir local.
