En Aquixtla, un municipio enclavado en la Sierra Norte de Puebla se esconde una gran tradición. Se trata de las artesanías de barro, y están a punto de perderse, ya que las nuevas generaciones no se quieren dedicar a este arte por ser pesado y mal pagado.
La señora Lupita Martínez Hernández lleva 30 años como alfarera; aprendió el oficio de su madre quien le enseñó todo sobre el trabajo con barro, desde la producción del mismo sacado de la tierra, hasta la forma en que se debe manipular, para hacer platos, ollas, cazuelas y muchas cosas más.
Amado Nava compartió un video de Guadalupe Martínez, en el que ella explica que este oficio es ancestral, la técnica que usan en Aquixtla es la misma con la que trabajan en las culturas mesoamericanas: “Mi madre era artesana, ahí le empezamos a emprender, tengo mi localito, entregamos a córdoba, Veracruz”, dijo la señora.
Sin embargo, las ventas son muy escasas y, encima de todo, la gente le regatea. Otro problema al que se enfrentan los artesanos es que sus hijos ya no quieren aprender o dedicarse al oficio debido a que es muy pesado y no se le gana tanto.
Es un proceso cansado y largo, somos pocos artesanos los que quedamos, los hijos ven que es pesado y mal pagado, ya no quieren”, por eso pidió que el gobierno los apoye con bajar los precios de los productos que usan como la leña o les pongan hornos de gas.
Que no se acaben los alfareros, es un trabajo muy digno, muy sagrado y muy bueno”.
#VIDEO 🪔 La señora Lupita Martínez es alfarera en Aquixtla, y dice que ya son pocos los artesanos que se dedican a este oficio, pues las nuevas generaciones ya no quieren. pic.twitter.com/HdSRBMEB66
— RevistaRayas (@RevistaRayas) May 3, 2021
La alfarería es un oficio ancestral y representativo de nuestro querido Aquixtla. "Cansado y mal pagado", nos cuenta mi amiga María Guadalupe Martínez Hdz. Dejemos de regatear a nuestros artesanos y valoremos su trabajo.