La ciudad de Puebla está llena de edificios tan impresionantes, originales y llenos de historia, sobretodo en el Centro Histórico, pero lo que muchas veces desconocemos es el nombre de las personas que hicieron esta magia arquitectónica que han contribuido a que nuestra ciudad sea reconocida como Patrimonio Cultural de la Humanidad.

En diciembre de 1987, la UNESCO nombró a Puebla como Patrimonio Cultural de la Humanidad y una de las razones está relacionada con la belleza de los emblemáticos edificios, que enmarcan sus calles desde que fue fundada en 1531 y mucho antes.

Por más de cinco siglos, diferentes arquitectos de gran renombre han dejado huella y convertido a la urbe en un espacio cultural lleno de historia, gracias a la influencia española, inglesa y francesa que hoy se ve reflejada en las casonas, corredores, comercios, iglesias y fachadas de los edificios del primer cuadro.

Para que sepas quiénes han sido los genios de estas magníficas obras, te dejamos la primera parte de los arquitectos que influyeron en la construcción de la capital poblana, entre los que se encuentran Antonio Santa María Inchaurregui, Francisco Becerra, Francisco Xavier de Salazar, Julián de Saracíbar y Charles T. S. Hall, personajes a los que les debemos el diseño de los sitios más emblemáticos de la capital poblana.

Antonio Santa María Inchaurregui

El maestro es considerado uno de los personajes más importantes en la arquitectura barroca de Puebla.

Don Antonio se desempeñó como cartógrafo y topógrafo y fue el encargado de edificar la Casa del Alfeñique en el siglo XVIII, en la que utilizó argamasa, petatillo y mayólica para darle ese toque único al inmueble ubicado en la 4 Oriente #416.

El diseño de la obra fue originalmente para levantar la casa del maestro herrero Juan Ignacio Morales, su primer propietario.

A Antonio Santa María Inchaurregui también se le atribuye el diseño de tesoros como el corredor El Parían, La fuente de San Miguel Arcángel del zócalo de la ciudad y el llamado Puente de México.

Francisco Becerra

La iglesia más grande e importante de Puebla estuvo bajo el mando del arquitecto Francisco Becerra, el personaje con más prestigio de la América española del siglo XVI.

Becerra inició la construcción del templo el 18 de noviembre de 1575 por órdenes de la corona española y trabajó de cerca con Juan de Cigorondo, designado como obrero mayor.

Ambos prepararon los trazos y modelos al interior y exterior de la catedral y una vez que fueron aprobados, comenzaron a levantar los cimientos de esta enorme obra, para lo cual el virrey mandó a llamar a los indios de Cholula y Tlaxcala para su construcción.

Sin embargo, Francisco Becerra es llamado para realizar las obras de la Catedral de Quito y Cuzco en el Perú, en el año de 1580, dejando inconclusas las obras en Puebla, que fueron retomadas por Juan Gómez de Trasmonte, quien reformó los planos originales a la llegada del obispo Juan de Palafox y Mendoza.

La catedral fue uno de sus proyectos más ambicioso, cuya influencia barroca le sirvió de inspiración para levantar un inmueble fuerte e imponente a pesar de los diferentes cambios a los que fueron sometidos los planos y los contratiempos que se presentaron a lo largo de 74 años.

Hoy en día es considerada un hito del arte novohispano y alberga miles de tesoros en su interior, no por nada es considerada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Francisco Xavier de Salazar y Juan Ruiz de Ayala

Considerado el espacio teatral activo más antiguo de América, el Teatro Principal fue un proyecto de los arquitectos Xavier de Salazar y Juan Ruiz de Ayala iniciado en 1742.

Fue el Coronel Don Miguel Román de Castilla y Lugo, alcalde mayor de la ciudad quien decidió que el llamado “Corral de Comedias” estuviera ubicado sobre la calle 8 poniente.

Xavier de Salazar también destacó por su labor altruista, ya que durante la construcción del inmueble, solicitó al Ayuntamiento una licencia para terminar el teatro en un periodo de tiempo de 10 años y dar una contribución de 100 a 50 pesos a beneficio del Hospital de San Roque.

Transcurridos los 10 años y aún sin terminar, Salazar vende la construcción del teatro a Juan Ruiz de Ayala, quien tomó el dinero destinado a la caridad para donarlo a la fiesta del Divinísimo Corazón de Jesús, evento con el que se incumplió el contrato, por lo que el gobierno de la ciudad tuvo que terminar el trabajo.

Julián de Saracíbar

El centro comercial “La Victoria” es el bello ejemplo de la arquitectura de hierro forjado que prevaleció durante el gobierno del entonces presidente Porfirio Díaz.

El arquitecto Julián de Saracíbar tomó en sus manos la reconstrucción del mercado Guadalupe Victoria en 1914, ubicado en el espacio conocido como la huerta del convento de Santo Domingo.

El espacio estuvo diseñado como parte de una serie de obras para embellecer y modernizar a la ciudad, en las que sobresalía la utilización de hierro forjado.

Saracíbar estuvo presente durante la inauguración por el gobernador Juan B. Carrasco el 5 de mayo de 1913, sin embargo, la obra no se concluyó hasta un año después debido a la Revolución Mexicana.

Entre los valores arquitectónicos más destacados aplicados por Julián de Saracíbar están las columnas, las torres y el arco con vitrales al interior del inmueble.

Charles T. S. Hall

El edificio que hoy es sede del Ayuntamiento de Puebla no hubiera sido posible sin la visión de Charles T. S. Hall, un famoso arquitecto inglés, quien llegó para renovar la imagen del sitio.

El proyecto de estilo isabelino inglés con influencias del periodo neoclásico y del renacimiento italiano inició en 1887 y terminó en 1906.

Charles eligió con mucho cuidado los detalles y materiales que aplicaría a esta construcción, por lo decidió utilizar piedra de cantera de Santo Tomás y San Pablo Xochimehuacan para los pasillos y revestir los muros, además de piezas de mármol que le dan un estilo elegante.

Por otro lado, también fue el arquitecto elegido para levantar la casa ubicada en la 2 poniente #106, una de las más hermosas del Centro Histórico gracias a sus habitaciones afrancesadas, grandes arcos, puertas personalizadas, candelabros y enormes vitrales que dejan entrar la luz natural en cada rincón del lugar.